Martes con sorpresas. La primera ha sido el cambio de criterio de la Fiscalía General del Estado pidiendo prisión eludible bajo fianza de 100.000 euros para Joaquim Forn. La segunda, con mayor envergadura, ha sido el anuncio del letrado de Jordi Sànchez durante su compartencia en el Tribunal Supremo de que el expresidente de la ANC renunciará a su acta de diputado y que volverá a ejercer la docencia universitaria. Con este gesto, se despejaba uno de los inconvenientes para investir al presidente de la Generalitat. Después de la fallida candidatura de Carles Puigdemont y su designación para que Sànchez lo sustituyera, ahora JxCat (y el PDeCAT) buscan el tercer nombre. Diversas fuentes señalan a Jordi Turull, aunque también indican que el exconsejero de Presidencia no está nada bien visto ni por ERC ni por la CUP, lo que podría servir para que el PDeCAT se pusiera al frente de las negociaciones y propusiera un nombre que todavía no está decidido, pero que podría ser un alcalde con acta de diputado.

Las novedades en el Tribunal Supremo se han conocido después de la vista para pedir la libertad de Forn. El exconsejero ha preferido quedarse en los calabozos y no estar presente a las alegaciones que ha presentado su letrado, Daniel Pérez. Al final, el fiscal ha dicho que pedía una fianza de 100.000 euros por imperativo legal al ser una orden del fiscal general del Estado, Julio Sánchez Melgar, a pesar de que la Fiscalía del Supremo no estaba de acuerdo.

Tras Forn, ha declarado Sànchez. Su abogado, Jordi Pina, ha explicado al tribunal que su cliente renunciará en las próximas semanas al acta de diputado para volver a dar clases a la universidad, por lo que abandonará cualquier actividad de política institucional. No obstante, de momento Fiscalía ha pedido que se mantenga la prisión incondicional. Tanto Forn como Sànchez están siendo investigados por rebelión, sedición y malversación.

¿Turull candidato?

Con la decisión de Sànchez se abre el camino para una investidura la próxima semana, antes de los días de fiesta de Semana Santa. La exconsejera de Agricultura Meritxell Serret ha lanzado el nombre de Jordi Turull, aunque después ella misma ha matizado que era lo que había leído en los medios de comunicación. Fuentes independentistas señalan que es difícil que Serret esté al tanto de las negociaciones, tanto por su lejanía física (vive en Bruselas) como por su conocimiento de lo que se cuece en las negociaciones entre su partido, ERC, y JxCat.

El nombre de Turull, no obstante, tiene fuertes detractores entre diversos actores independentistas. Diversas fuentes recuerdan que también está imputado en el Supremo por los mismos delitos que Forn y Sànchez y que se encuentra en libertad bajo fianza. Además, recuerdan que forma parte de la vieja guardia convergentes, muy apegada a los años del pujolismo y que su nombre está vinculado a la sentencia del caso Palau. Turull era gerente del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès cuando la empresa Ferrovial obtuvo concesiones de obra pública en este municipio y que por ello pagó un 3% a Convergència Democràtica a través del Palau de la Música. El nombre de Turull sale en la sentencia, que fue pública el pasado 15 de enero.

Este hecho no está bien visto ni por ERC ni mucho menos por la CUP. Los anticapitalistas consideran que Turull representa a la vieja guardia convergente, mientras que desde ERC se preferiría un candidato sin procesos judiciales abiertos ni con la mochila del caso Palau.

Ahora, el presidente del Parlament, Roger Torrent, deberá iniciar una nueva ronda de contactos con los líderes de los grupos parlamentarios. JxCat es el responsable de proponer el nombre, con el beneplácito de Esquerra Republicana. Todo indica que la CUP se mantendrá en la abstención sea quien sea el candidato. Así, fuerza que o bien Antoni Comín o bien Carles Puigdemont renuncien a su acta de diputado para garantizar la elección en segunda vuelta por mayoría simple.