CiU y el PP siguen haciendo su campaña de cara a las elecciones catalanas tirando de nacionalismo y dejando en un segundo plano sus respectivos recortes al Estado de bienestar. Mientras se acerca la fiesta nacional los populares han incrementado su actividad al respecto y ya ayer Wert defendía en el Congreso su plan para 'españolizar' la educación en Cataluña y posteriormente recibía el apoyo de Rajoy deseando que "todo el mundo se sienta orgulloso de ser a la vez catalán y español".

La irresponsabilidad del desafío nacionalista
Pero también se ha producido otro pronunciamiento por parte de la fundación ideológica del PP, la FAES que preside Aznar, quien ya se había manifestado personalmente en términos duros sobre las amenazas independentistas. En el editorial del último número de Cuadernos de Pensamiento Político que edita trimestralmente la FAES se aborda en parte los ajustes ante la crisis, pero mucho más ampliamente la “magnitud” de otro “desafío”: el de quienes intentan “clausurar su vínculo con una realidad de la que también son responsables”.

"En esas condiciones, uno se queda"
El tono del editorial se asemeja a la bronca de un padre a su hijo adolescente: “Somos ‘objetivamente españoles’ quienes compartimos la suerte y la responsabilidad de España, de la que no tenemos derecho a abdicar porque España es nuestra obra, sean cuales sean nuestros deseos y sentimientos al respecto. (…) En esas condiciones, uno se queda. Simplemente no abandonas a los tuyos. (…) Plantear como derecho no tener más responsabilidad que la que se ‘siente’ como propia, pretender una vida sin obligaciones ‘en sí’, gusten o no, pretender no deberse a nada ni a nadie más que a uno mismo, no tiene nada que ver con la teoría política sino con la mera inmadurez moral. Es un comportamiento pueril sublimado en impostado hecho nacional, escusa (sic) de envanecidos y motivo para el engaño”.

Humo ante "fracaso gestor"
El tono de regañina paterna se mantiene para decir que “la nación que el nacionalismo pretende no se rebela contra España sino contra la evidencia de su propio fracaso gestor, contra la realidad y la manera occidental contemporánea de estar en ella: el rendimiento de cuentas, la vida responsable, el Estado de derecho”.

El "Antiguo Régimen" frente a la "nación de todos"…
Pero lo más sorprendente llega cuando el editorialista de la fundación conservadora coge la bandera de los derechos sociales y la solidaridad surgidos a partir de la Revolución Francesa: “Ante el desafío que el nacionalismo ha puesto en marcha no procede hablar de independencia ni de autogobierno, puesto que ni hay dependencia ni hay despotismo. Estamos, si acaso, en una confrontación entre un rastro del Antiguo Régimen y la nación de todos, de iguales y de libres, la nación de todos, de iguales y de libres, la nación española expresada políticamente en la Constitución de 1978”.

Nación de "humildes", "igualdad" y "fraternidad"
En otro momento, explican lo que entienden que es defender la Constitución española y a lo que “renunciaríamos” si aceptáramos su quiebra: “Nación española es redención de los humildes, es libertad sin acepción de rangos ni estirpes, es igualdad y es fraternidad (…). La España constitucional es, ante todo, un hecho moral, el compromiso con un bien colectivo”.

"Sin austeridad no hay igualdad"
Tan encendida defensa sobre lo que supone según FAES ser hoy en día español es compatible con otro exhorto que lanzan al principio del editorial: “Persisten las resistencias a aceptar la necesidad de una reforma a fondo de nuestra políticas de bienestar, de nuestros usos administrativos, de nuestros hábitos de gobierno”. Y acuñan el lema de “la crisis significa que sin austeridad no hay libertad”, insistiendo en la imposibilidad de mantener determinado “gasto estructural” –en lugar de plantear por ejemplo una reforma fiscal más solidaria-.

Es decir, que España sí pero con un severo ajuste del Estado de bienestar que ha caracterizado las democracias occidentales, una idea de nación en la que los ideólogos del PP se encontrarán paradójicamente con sus ‘enemigos’ nacionalistas de CiU. Eso sí, unos y otros en nombre de la ‘responsabilidad’.