Ayer lunes, a las 9 de la mañana, el exconseller de Territori, Josep Rull, se fotografiaba en su antiguo despacho, ofreciendo una numantina resistencia rodeado de merchandising de Tintín, el reportero aventurero. Una épica de cómic que coincidía con el gesto de Carles Puigdemont, que esa misma mañana colgaba una fotografía tomada desde dentro de la Casa dels Canonges, la residencia oficial del presidente de la Generalitat, anexa al Palau de la Generalitat. Pero, sin embargo, Puigdemont estaba en ese momento camino de Bélgica, patria de Tintín, en una aventura bastante más chusca que las del reportero creado por Hergé.

La destitución del Govern por la vía del artículo 155 de la Constitución implicó que los consellers se quedaran sin escolta, pero Puigdemont sí contaba con un reducido grupo de Mossos d’Esquadra en calidad de expresident de la Generalitat, al igual que, por ejemplo, Artur Mas. Sin embargo, Puigdemont no es ningún reo ni recae sobre él ninguna medida preventiva, por lo que los agentes no están encargados de su custodia y bien podía haberles dicho que se marchaba a comprar souvenirs a Francia