El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha vuelto a convertir a Emiliano García-Page en el eje de sus ataques políticos, exigiéndole decisiones que ningún líder autonómico puede adoptar dentro de la estructura federal del PSOE.

En una rueda de prensa ofrecida en Toledo, Núñez ha acusado al presidente castellano-manchego y al PSOE regional de haber "demostrado que su prioridad es sostener" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Un reproche que repite semana tras semana y que ignora deliberadamente el funcionamiento interno de los partidos nacionales, donde las decisiones orgánicas corresponden al conjunto de delegados y a los órganos federales, no a los presidentes autonómicos de manera aislada.

Núñez ha querido centrar su discurso en el Congreso Federal del PSOE que se celebró en Sevilla hace un año. Allí, Pedro Sánchez fue ratificado como secretario general y Santos Cerdán ascendió a la Secretaría de Organización. El líder del PP castellano-manchego ha insistido en que García-Page "tuvo la oportunidad de plantar cara al sanchismo" y no lo hizo, afirmando que pudo votar en contra de Sánchez.

Sin embargo, lo que Núñez omite es que las delegaciones a estos congresos se rigen por votaciones internas previas, por el criterio colectivo y por mandatos democráticos que los delegados trasladan al plenario. Ningún dirigente autonómico puede imponer unilateralmente el sentido del voto de una delegación, como pretende hacer creer el presidente popular.

En su intervención, Núñez ha señalado que "los delegados del PSOE de Castilla-La Mancha, con Page al frente, votaron entusiasmados" a favor de Sánchez y Cerdán. Un planteamiento que busca personalizar una decisión colectiva en García-Page y que, de nuevo, elude que se trata de un proceso orgánico federal, idéntico en todos los partidos nacionales, incluido el Partido Popular.

El presidente del PP ha ido más allá al criticar que el PSOE castellano-manchego no presentara en su reciente Comité Regional ninguna resolución para retirar el apoyo a Pedro Sánchez. Su acusación pasa por alto que los Comités Regionales no tienen capacidad para revocar o condicionar los órganos federales ni las direcciones nacionales de un partido. Los reproches de Núñez, por tanto, chocan con el marco institucional y orgánico tanto del PSOE como de cualquier formación política estatal, donde cada nivel tiene unas funciones y unos límites que el líder del PP parece ignorar cuando le interesa alimentar un relato político.

Núñez también ha acusado a García-Page de practicar "puro teatro" por no aplaudir a Sánchez en ciertos actos pero apoyar después las resoluciones orgánicas. El argumento, sin embargo, se sostiene sobre una visión simplificada de cómo funcionan los partidos nacionales y sobre una constante necesidad de erosionar la figura del presidente autonómico. El líder popular ha insistido en que el PSOE regional "prefirió atacar al PP" antes que desmarcarse del sanchismo, en otra tentativa de señalar a García-Page como responsable directo de cualquier decisión adoptada por el PSOE federal.

Finalmente, Núñez ha apelado a la concentración celebrada en Madrid, asegurando que "80.000 españoles reclamaron elecciones generales inmediatas" y que García-Page debería escuchar ese mensaje. Su petición vuelve a recaer en una imposición imposible para un presidente autonómico, al que pretende responsabilizar de decisiones nacionales que solo corresponden a las Cortes Generales y al Gobierno de España.

El discurso de Núñez insiste en colocar sobre García-Page un peso político que no le corresponde, ignorando los límites institucionales y orgánicos existentes y reduciendo la política regional a una sucesión de reproches hacia el presidente autonómico por decisiones que dependen de órganos federales del PSOE.