Las polémicas palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, servirán al Partido Popular para diseñar su estrategia de cara a la campaña de las elecciones de Castilla y León del próximo 13 de febrero. Pablo Casado quiere que la maquinaria conservadora gire en torno a este eje para dar la batalla cultural a la izquierda por la carne.

El ministro de Consumo ha ocupado el centro del debate tras la entrevista concedida al diario The Guardian. Garzón cuestionó la calidad de la carne que se produce en las macrogranjas españolas. Una nueva polémica en torno a la ganadería que hizo estallar al sector ganadero y a líderes políticos del PSOE, pero sobre todo de la derecha.

Y es que lejos de quedarse en una anécdota como la del filete – zanjada por Pedro Sánchez con ironía – esta vez servirá como arma política. Los partidos en Castilla y León van tachando días en el calendario hasta llegar a la fecha marcada en rojo, el 13 de febrero, cuando se celebren las elecciones autonómicas tras el adelanto decretado por Alfonso Fernández Mañueco.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el Partido Popular, cuyo objetivo pasa por gobernar en solitario y pelear por la mayoría absoluta en la autonomía, centrará la campaña en torno a la carne. Los conservadores creen que, detrás de este debate, se esconde un filón  de desgaste al Gobierno a la par que una defensa del mundo rural y agrario. Génova quiere que este sea uno de los ejes de la agenda política en el camino hacia las elecciones, según publica el diario El País.

La autonomía concentra una quinta parte de la superficie rural y es una de las comunidades donde mayor implantación tienen este tipo de debates. Pero además de enarbolar la bandera de defensa del mundo rural ante el Gobierno y la izquierda, también lo hará ante los nuevos adversarios que han surgido para representar al sector agrícola, como Vox y las plataformas de la España Vaciada.

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, abrió la veda contra el titular de Consumo: “¿Qué ha hecho Castilla y León para que el Gobierno de España ataque a nuestros ganaderos? No lo vamos a admitir. Nos tendrán enfrente”, escribió el candidato conservador a la Junta castellano y leonesa. Pero el ministro Garzón no atacó al sector ganadero, sino que reprendió el modelo de las macrogranjas, pues producen carne de “peor calidad” y que, además de ser fruto del “maltrato animal”, provoca un “impacto ecológico descomunal”.

Sin embargo, pese a las intenciones de Garzón, sus declaraciones fueron todo un regalo para los conservadores, que se sintieron vencedores el miércoles al poner al titular de Consumo en el disparadero. Tal es así que ciertas asociaciones del sector ganadero señalaron al ministro morado, provocando la alineación de algunos barones socialistas a las críticas que ya había vertido la derecha. De hecho, los representantes socialistas del Gobierno y el candidato del PSOE a la Junta de Castilla y León tuvieron que desautorizar y desmarcarse de sus palabras al entenderlas como “confusas e irresponsables”. Entre tanto, el PP se frotaba las manos.

La ofensiva de la carne

En Génova son conscientes del filón que supone el debate cárnico y no están dispuestos a soltar el caramelo que el Ejecutivo le ha servido en bandeja, por lo que lanzarán una nueva campaña contra el ministro de Unidas Podemos. Los conservadores presentarán varias mociones para reprobarle, tanto a nivel nacional como autonómico y municipal. El PP profundizará en este debate para desgastar al Ejecutivo de coalición, pero sobre todo al PSOE, a quienes intentarán ponerles ante contradicciones en unas elecciones en las que la ganadería adquiere una importancia vital.