La situación de la juez Alaya al frente de las macrocausas estaba siendo muy complicada y su continuidad se hallaba en el alero. Muchas son las causas que han llevado a su exclusión



La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha ratificado por unanimidad la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) de que la juez Mercedes Alaya no instruya el caso de los ERE ni ninguna de las otras macrocausas del Juzgado 6 de Sevilla que ella misma abandonó. El órgano de gobierno de los jueces respalda así la medida adoptada por el tribunal andaluz, que le dio la razón a la titular del Juzgado 6 de Sevilla al que corresponde el caso, María Núñez Bolaños, en el reparto que hizo de las causas.

Acuerdo del CGPJ no revelado e incluido, por sorpresa, a última hora
La decisión del CGPJ ha sido adoptada por su comisión permanente por unanimidad después de incluir el asunto a última hora en su orden del día, en el que no figuraba.El CGPJ se ha comprometido a divulgar, dentro de su promesa de transparencia, el orden del día de sus órganos de gestión, entre los que destaca la Comisión Permanente, pero en este importante caso no lo ha hecho y ha anunciado la resolución a última hora de la tarde de manera inesperada.

Excluye a Alaya
La decisión del TSJA fue limitar el apoyo al juzgado de instrucción 6 de Sevilla a la comisión de servicio que ya viene desarrollando el magistrado de refuerzo Álvaro Martín, lo que excluye a Alaya. La decisión del TSJA estaba sometida a un control de legalidad por parte del Consejo General del Poder Judicial, el órgano que tiene la última palabra sobre las comisiones de servicio judiciales y, en último término, el órgano de gobierno de los jueces.

La magistrada se fue a la Audiencia
Fue Alaya quien voluntariamente se apartó del caso de los ERE al pedir y conseguir una plaza en la Audiencia de Sevilla, perdiendo así la titularidad del juzgado que se ocupa del asunto, el 6 de Sevilla. Acto seguido, sin embargo, Alaya pidió una comisión de servicio de apoyo en el citado juzgado para instruir los ERE, lo que llevó a una confrontación con la juez que había obtenido la plaza que ella abandonó, la citada Núñez Bolaños.

Informe demoledor del TSJA
El TSJA decidió por unanimidad el pasado martes validar el reparto decidido por la juez natural del caso, Núñez Bolaños, reprochando muy duramente y en un informe demoledor la “falta de colaboración y entendimiento” de Alaya con su sucesora, María Núñez Bolaños, “cuestionando su idoneidad y su independencia”. Como informó ELPLURAL.COM, estas negativas valoraciones y otras están recogidas recogen en el informe de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que acordó ayer, por unanimidad, que la juez Mercedes Alaya no instruya el caso de los ERE una vez que logró la plaza de la Audiencia de Sevilla que había solicitado.

“Exclusiva y excluyente” y "con voluntad de no colaborar"
La Sala de Gobierno emitió un informe ayer para respaldar la decisión en el que realiza una serie de críticas a Alaya, de la que señala que insistió en que “su competencia” en el caso de los ERE tenía que ser “exclusiva y excluyente, con funcionarios concretos designados por ella”. Esta actitud de Mercedes Alaya, a juicio del alto tribunal andaluz, “patentiza una clara voluntad de no colaboración con la actual titular (Núñez Bolaños).

El propio presidente del TSJA, Lorenzo del Río, admitió recientemente que el “problema” del juzgado de los ERE surgió porque Alaya “decidió cambiar” de destino, advirtiendo de que tras el cambio de titular “salió a relucir una falta de sintonía o de colaboración”. EFE



Claves de su apartamiento de las causas
Como se ha ido informando reiteradamente y destacábamos ayer, la situación de la juez Alaya al frente de las macrocausas estaba siendo muy complicada y su continuidad se hallaba en el alero. Muchas son las causas que han llevado a su exclusión. Por una parte ha sido una decisión personal de la propia magistrada al solicitar, y luego lograr, una plaza en la Audiencia provincial de Sevilla. Como informó este medio, el propio presidente del TSJA, Lorenzo del Río, admitió recientemente que el “problema” del juzgado de los ERE surgió porque Alaya “decidió cambiar” de destino, advirtiendo de que tras el cambio de titular “salió a relucir una falta de sintonía o de colaboración” que tendrían que valorar los órganos de gobierno. Y así ha sido.

Un gota a gota de peculiaridades
A ello hay que sumarle un gota a gota de actuaciones atípicas que la ha deteriorado, fruto de su peculiar carácter y que han terminado por hacer rebosar el vaso. Metió la pata hasta límites insospechables, sorprendiendo a propios y extraños en la judicatura, con sus ataques personales y profesionales a la nueva titular que le sustituyó, María Núñez Bolaños. La llegó incluso a acusar de profunda amistad con el consejero Emilio de Llera, persona que por su veteranía en la carrera judicial y carácter goza de numerosas amistades en el mundo de la Justicia. Prácticamente desde que Núñez Bolaños tomara posesión, Alaya inició una guerra, para muchos “sucia”, contra la nueva jueza. Fuego a la gasolina echó la magistrada con sus escritos díscolos a los órganos superiores. Tampoco ha ayudado a su permanencia las malas relaciones con compañeros tanto jueces como abogados.