Nueva vuelta de tuerca a las frías relaciones de Vox con sus socios parlamentarios de PP y Cs. Ayer, el partido ultra pidió la dimisión de  la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, a la que considera "cómplice" de la retirada de una antigua cruz de los caídos en Aguilar de la Frontera.

La cruz no tenía desde hace años la leyenda en memoria del bando vencedor, por lo que Vox interpreta como un ataque al cristianismo su retirada, ordenada por la alcaldesa Carmen Flores (IU) amparándose en un informe de la Consejería de Cultura.

Durante su comparecencia parlamentaria de ayer, Del Pozo dijo tener la conciencia perfectamente "tranquila", mientras que el diputado ultra Benito Morillo habló de “cristianofobia” y reclamó su dimisión por haber permitido, "por acción u omisión, un atropello a los sentimientos religiosos", al facilitar el "acto vandálico de la retirada y destrucción de dicha cruz ".

"Un ultraje"

Si Del Pozo no dimite, como es lo previsible, Vox pedirá al presidente Juan Manuel Moreno que la cese. De poco le sirvió, pues, a la consejera declararse católica y tachar de "ultraje", "aberración" y "humillación" el trato dado por el Ayuntamiento a la cruz.

El portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, subía este mensaje a su cuenta de Twitter: “Sin el informe de la Junta, la Cruz de Las Descalzas seguiría en su sitio. La actuación en este asunto de la Consejería de Cultura nos obliga a pedir la dimisión de la Sra. del Pozo”.

Hernández ilustraba su comentario con un vídeo, titulado ‘Frente al odio de la izquierda’, en el que se ve al portavoz ultra repartiendo a comerciantes camisetas negras con un cruz blanca para denunciar los ataques anticristianos de la izquierda.

El vídeo, con una música lóbrega de fondo, se cierra con el hastag ‘La cruz prevalece’. En la misma red social se ha creado una cuenta con ese mismo nombre, promovida por “católicos con orgullo”.

Católicos a la greña

En su intervención parlamentaria, Del Pozo echó balones fuera. La responsabilidad de la retirada de la cruz, dijo, es del Ayuntamiento, que solicitó a Cultura sustituirla por un conjunto escultórico en base a los daños que, por filtraciones, estaba causando dicha cruz en el Convento de las Descalzas, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), razón por la que la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, en aplicación de la ley, autorizó a que el Consistorio retirase la cruz.

La consejera católica sí admitió que desconocía la intención del Ayuntamiento de Aguilar de "tirar después la cruz a un vertedero" y acusó a la alcaldesa de usar “como subterfugio” la Ley de Patrimonio al no poder amparar sus planes en la Ley de Memoria Democrática.

Para el socialista y expresidente del Parlamento Juan Pablo Durán, que se declaró católico y practicante, no hay ataque alguno a los sentimientos religiosos: “Se ha cumplido expresamente con la ley. No se ha retirado ningún símbolo, sino una cruz hecha de cemento que la Comisión de Patrimonio ha emplazado a que se coloque en otro lugar".

La diputada de Adelante Ana Naranjo dijo sentirse perpleja ante la afirmación de la consejera de que la cruz retirada simbolizaba “la unión y la reconciliación, porque su Ayuntamiento en Pleno así lo quiso hace más de cuatro décadas". Para Naranjo, se trata de “una simbología franquista inequívoca que se erigió para conmemorar la victoria franquista sobre la democracia española”.