La sangre no llegó al río, pero los insultos podían oírse a decenas de metros de la puerta de los Juzgados de lo Penal de Sevilla, donde ayer se concentraron partidarios y detractores de las tres mujeres juzgadas por un supuesto de delito contra los sentimientos religiosos por haber procesionado en 2014 por las calles de Sevilla con una vagina de plástico y haber proferido consignas burlescas sobre la Virgen María.

Sevilla no fue, sin embargo, la única ciudad donde hubo concentraciones relacionadas con el juicio. También hubo otra en Barcelona, aunque allí la protagonizaron únicamente mujeres movilizadas contra la “criminalización del feminismo”.

Como se sabe, la Fiscalía ha pedido una multa de 3.000 euros por un presunto delito contra los sentimientos religiosos, y la acusación particular que ejerce la Asociación de Abogados Cristianos pide una multa superior y añade a la acusación un presunto delito de odio por el que pide 12 meses de prisión y 12 meses de multa.

En la concentración de Sevilla, donde no faltaron cargos y dirigentes locales de Vox, no hubo agresiones físicas, pero sí mucha tensión. Y muchos insultos. Algunos de los partidarios de la Asociación de Abogados Cristianos calificaban de “fascistas”, de “comunistas” e incluso de “fascistas comunistas” a las feministas, que volvieron a exhibir la vagina gigante de plástico con la que desfilaron el 1 de Mayo de hace cinco años por Sevilla para exigir mejoras laborales para las mujeres.

Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, denunció que su asociación ha sufrido "tres escraches" y varias "amenazas" así presiones por parte del Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ya que "en 2016 el Consistorio hispalense aprobó una moción para instar al archivo de la causa".