En lo sustancial, nada cambiaría en relación a lo sucedido en 2015 si los andaluces votan el 2 de diciembre como pronostica la encuesta de Celeste-Tel para Eldiario.es conocida hoy.

Aunque con matices en el interior de cada uno de los dos bloques, el orden de 2018 sería el mismo que hace tres años: el PSOE quedaría muy por delante de sus competidores, con un 36,7 por ciento de ventaja (1,3 puntos más que en 2015); el PP sufriría un retroceso severo pero que no cabría calificar de batacazo ya que conservaría con holgura la segunda plaza (23,8 por ciento frente al 26,8 que tiene ahora); la confluencia de izquierdas Adelante Andalucía (AA), con el 19,3 por ciento, se dejaría 2,5 puntos con respecto a la suma porcentual de IU y Podemos en 2015; y Ciudadanos no vería cumplidas sus expectativas de adelantar al PP, ya que seguiría en última posición si bien mejorando 3,3 puntos sobre los 9,3 logrados hace tres años.

Escaños y conjeturas

El sondeo también ofrece una proyección de escaños, aunque muchos expertos consideran que el pronóstico de porcentajes de voto suele ser mucho más fiable que de escaños ya que la asignación de los restos depende de muy pocos votos y hace difícil acertar. En todo caso, al PSOE le otorga entre 44 y 46 escaños (ahora tiene 47), al PP 28-30 (frente a los 33 actuales), al AA 22-23 (sumaron 20 en 2015) y a Ciudadanos 12-13 (9 hace tres años).

Así pues, al igual que en 2015 tampoco en esta ocasión PP y Ciudadanos lograrían sumar más escaños que los socialistas: 44 en el peor de los escenarios para el PSOE y 43 en el mejor para los dos partidos del centro derecha.

Eso significa que ni siquiera si Adelante Andalucía optara por la abstención ante un candidato conjunto de PP y Cs, este desalojaría a Susana Díaz de San Telmo; para que tal cosa sucediera, la confluencia que lideran Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo tendría que votar expresamente a favor de un candidato de la derecha, algo hoy por hoy impensable.

El ascenso significativo pero no espectacular de Cs reabre el debate sobre qué harían los naranjas ante una investidura de Díaz. Han prometido que no lo le darán su voto, pero si el sorpasso al PP queda lejos, como augura Celeste-Tel, los de Juan Marín tal vez volverían a acariciar sus antiguos planes de entrar en un gobierno con el PSOE.