La balanza se ha inclinado a favor de Pablo Iglesias y la dirección nacional de Podemos. Teresa Rodríguez no competirá de nuevo para repetir como coordinadora regional de Podemos en el congreso que el partido celebrará en mayo.

Su renuncia, que hará oficial mañana en rueda de prensa, abre una etapa de incertidumbre en Adelante Andalucía, la marca electoral con la que Podemos e Izquierda Unida sumaron 17 diputados en las elecciones autonómicas del 2 de diciembre de 2018.

De los 17 escaños, tres menos que los logrados por separado en 2015, 11 corresponden a Podemos y los 6 restantes a IU, aunque en la federacion de izquierdas hay bastante insatisfacción con el fucionamiento del grupo parlamentario.

En su comparecencia, Rodríguez también aclarará si va a mantener su acta de diputada. Fuentes no oficiales de Podemos conjeturan que la dirigente gaditana seguirá en el Parlamento, pero estrenando una especie de periodo de 'hibernación', al estilo del practicado por el alcalde de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo en su última etapa como parlamentario andaluz.

Los dirigentes de IU Andalucía, contrarios a la propuesta confederal que venía propugnando Rodríguez en contra del criterio de Iglesias y del coordinador nacional de IU Alberto Garzón, han vuelto a recordar hoy que su acuerdo político y electoral no era con Teresa Rodríguez, sino con Podemos Andalucía.

Aunque la renuncia de Rodríguez intenta venderse como un acuerdo entre las dos partes y pretende materializarse haciendo el menor ruido posible, la soledad política de Teresa era cada vez más acusada desde que, en contra de su criterio y del de Anticapitalistas, Podemos entró en el Gobierno de coalición con el PSOE y esa opción fue respaldada por el 96 por ciento de los inscritos en Podemos Andalucía. 

Con su marcha de la primera línea de la política andaluza, Rodríguez se da por vencida en su gran batalla política de los últimos años: hacer de Podemos Andalucía una marca propia, como En Comú Podem o En Marea. Teresa no ha podido vencer ni las resistencias jacobinas de la dirección nacional ni los recelos de sus socios de IULV-CA, que se sienten perfectamente cómodos con el modelo federal actual.