Los trabajadores del CARE José Estrada de Málaga empezaron la semana con mal pie. Tras el fin de semana, descubrieron que parte del techo de una de las salas de entrada se había desprendido. Por suerte, nadie estaba en el interior, ya que, durante agosto, el Centro de Especialidades de Alto Resolución –CARE– permanece cerrado los fines de semana y las tardes. Los testimonios de los trabajadores y sindicatos señalan al deficiente mantenimiento de la instalación.

La “sensación de abandono” es generalizada en los pocos trabajadores que se mantienen activos en verano en la instalación del centro de Málaga. ¿Cómo ha sido posible que un trozo de techo se desprenda?, ¿y si hubiera pacientes o sanitarios en la sala en ese momento? Los testimonios a los que tiene acceso El Plural señalan a una orden de la gerencia del centro como causa del accidente, “no apagar las máquinas de aire acondicionado, que funcionen 24 horas los 7 días de la semana”, apuntan desde UGT.

El sindicato denuncia el sinsentido de una orden que llegó a la plantilla coincidiendo con el polémico decreto de ahorro energético del gobierno (Real decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto), con motivo de la crisis energética que provoca la guerra en Ucrania. Ya saben, la obligación de apagar escaparates y alumbrado cuando no estén operativos y la horquilla de 19º–27º para regulación térmica. Pero no en el CARE de Málaga. Allí, la gerencia, según UGT, dictamina que el aire acondicionado funcione incluso cuando el centro está cerrado.

“Una de las máquinas de refrigeración tenía una pequeña pérdida de agua, gota a gota, ha humedecido el techo que acabó por venirse abajo. Ya había habido quejas de las goteras entre los compañeros”, cuenta Francisco Báez, delegado sindical del CARE, que comparte un vídeo del interior de las instalaciones, coronadas con papeleras que acogen el sonido continuo del goteo del techo. Ahora, sanitarios y pacientes deberán de estar en el centro sin aire acondicionado, a la espera de las reparaciones.

El centro tiene otras carencias, como la escalera para salida de incendios sin reparar desde 2018. El SAS afirma que no es un desprendimiento y que se trata de una reparación.

Desde Málaga, los sindicatos denuncian un “precedente preocupante” con la historia ya conocida: la del antiguo centro hospitalario de la Cruz Roja, que empezó a formar parte de los servicios del SAS en 1996. El centro, tras años de “deficiente mantenimiento” se vio obligado a pasar por “un proceso de reformas y obras que nunca llegó a su fin”, explican desde UGT amplia

Abandono premeditado

Desde UGT señalan el abandono premeditado que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) está, a su juicio, aplicando al CARE, edificio de tres plantas médicas que realiza pruebas diagnósticas para más de diez especialidades, “sospechamos que pretenden que esto termine por romperse y precisar de una obra que implique el cierre de todo el centro”, lamenta Báez.

Junto a la orden de mantener el aire acondicionado activo, independientemente de la lógica ambiental y del incumplimiento del Decreto de ahorro energético, UGT viene denunciando la reducción de personal y servicios para el centro. La situación es crítica no solo para el personal sanitario, también mantenimiento y servicios periféricos, “el personal va y viene de una plantilla cada vez más exigua que no está ni al 70%”.

“Esto antes era un centro de resolución innovador y de referencia, ahora es solo una anécdota”, dice Báez. Este adelgazamiento de los servicios médicos se suma a la docena de consultas que han desaparecido de los servicios del Hospital Clínico Universitario de Málaga. “Todas estas atenciones, todos esos pacientes no van a ningún sitio, no hay alternativa más allá de seguir agrandando las listas de espera, que son de las peores en España”, señala Báez.

En 2022, Andalucía confirmó oficialmente el agravamiento del estado de las listas de espera en la atención primaria y en las intervenciones quirúrgicas. En 2021, había 55 mil andaluces esperando una operación. Una década después, esa cifra asciende a cerca de 123 mil personas.

También preocupa el cierre de camas en verano, desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) denuncian la falta de transparencia de estas medidas y denuncian que, con 1400 camas menos, Andalucía está superada solo por Madrid –2.335 camas menos– en la reducción estival. Sin embargo, Andalucía es una región mayoritariamente receptora de visitantes. De hecho, Málaga vive un verano de récords turísticos.

Desde FADSP revelan que un solo día de espera implica que 289 mil personas en España opten por la sanidad privada y Andalucía es claro ejemplo de ello, con una inercia similar al ser la cuarta comunidad con un mayor incremento en las listas de espera en atención primaria.

Ante el malestar por las listas de espera, la Junta presentó un Plan Verano para garantizar la atención sanitaria de todos los andaluces, "con un total de 35.725 contrataciones” para cubrir las vacaciones estivales. En la provincia de Málaga, según fuentes oficiales, se han realizado “5.797 contrataciones, 5.031 en Atención Hospitalaria y 766 en Atención Primaria". Sin embargo, los vecinos del centro de la capital deberán girar la vista en los próximos meses a centros privados o arrimarse a las goteras del CARE.