El presidente andaluz Moreno Bonilla sigue inaugurando espacios sanitarios. Esta semana ha visitado la Unidad de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. El espacio incorpora dos aceleradores nuevos de radioterapia ideados para tratamientos complejos que posicionan al hospital a la vanguardia de la lucha contra el cáncer.

La Junta de Andalucía detalla que cada nuevo acelerador implica 2,5 millones de euros de inversión que permitirán reducir los tiempos de tratamiento en las radioterapias y tratar a una media de 500 pacientes por año. Sin embargo, la administración autonómica obvia un matiz: los aceleradores ya habían sido presentados por la ministra de Sanidad Carolina Darias hace 8 meses, pero Moreno no mencionó en ningún momento a Sanidad.

Desde la oposición, afean al presidente de la Junta que se apropie de los logros del ejecutivo central. “Como ya es habitual, ha vuelto hoy a presumir de proyectos e inversiones en los que este gobierno de la Junta no ha puesto ni un euro y oculta que los fondos son transferencias del Estado y Fondos europeos”, denuncia la parlamentaria del PSOE-A, María Ángeles Prieto.

Fue a finales de febrero cuando la ministra Darias visitó el Virgen del Rocío para presentar los nuevos aceleradores, que elevan a 6 los dispositivos del hospital en Oncología Radioterápica. Los aceleradores son parte del Plan de Inversión en Alta Tecnología (INVEAT) que el Gobierno desarrolló con dos millones de los fondos Next Generation. Se espera que el hospital llegue a tener quince equipamientos.

Lluvia de millones para una maltrecha sanidad

Con el INVEAT, Andalucía supera los 300 millones de euros de inversión entre 2020 y 2022 para mejora de diagnósticos en sanidad pública. En total, según el Ministerio, se posibilita la renovación de 137 equipos en 29 hospitales públicos andaluces. Por su parte, Moreno sí destacó la importancia de estos equipamientos que permitirán un mayor porcentaje de curación de adultos y niños con cáncer y agradeció el trabajo de los 80 profesionales sanitarios de la Unidad.

Pero, sobre todo, Moreno Bonilla refuerza un mensaje: millones para la sanidad pública, "a mí me encanta invertir y hacerlo en sanidad tiene siempre un retorno, se traduce en felicidad para pacientes y familiares", dice el presidente, que tira de datos:  este año Andalucía destinará más de cien millones a tecnologías sanitarias gracias a fondos europeos; a la par, afirman que se reforzará el número de sanitarios y personal en un 31,17% respecto a 2018.

La Junta se afana ahora por hacer ver que la sanidad pública nunca había recibido tanta inversión en su historia. El Consejo de Gobierno va a aprobar 14.246 millones del nuevo presupuesto destinado a Salud. "No hay ninguna administración que invierta más en Sanidad en España y eso demuestra que es una prioridad para nosotros", enfatiza el presidente.

Sin embargo, no hay más que ver las reacciones en redes sociales al mensaje del Moreno Bonilla. “¿De qué valen las máquinas sin profesionales de la medicina? ¿Se las concertará usted a una dé las clínicas de sus amiguetes?", comenta un usuario que sintetiza gran parte de las respuestas en X. “Da la impresión que el presidente de la Junta ha improvisado esta visita, 48 horas después de las manifestaciones” del fin de semana en defensa de la sanidad pública, apunta María Ángeles Prieto. 

Sin amnistía para las listas de espera

La sanidad andaluza ha visto incrementar su partida presupuestaria en casi 5 mil millones de euros desde 2019. Sin embargo, los resultados no son tan aplastantes como las cifras. La Junta responde con números al malestar social que lleva, día sí y día también, a encontrar comunicados y manifestaciones en contra de la gestión de la sanidad pública.

Si el sábado eran las mareas blancas las que sacaban a cerca de 20 mil personas a las calles bajo el lema ‘Nos roban la sanidad, nos quitan la vida’, este martes CCOO se volvía a manifestar en Granada por el cierre de camas en el hospital Virgen de las Nieves… es el pan de cada día. El perfil de los manifestantes ya no solo contempla a sanitarios indignados y exhaustos. A la ciudadanía también acompaña regidores de zonas rurales que denuncian el “desmantelamiento de la red pública”.

Los males de la sanidad pública se cronifican. Los sanitarios denuncian precariedad e inestabilidad, los desacuerdos en la gestión de la bolsa de empleo siguen lastrando al SAS, los sindicatos denuncian el cierre de quirófanos, centros de salud, deficiencias en el mantenimiento y, todo ello, se traduce en insoportables listas de espera. Pedir cita en atención primaria, en la capital de Andalucía, continúa siendo, semana tras semana, una proeza.

Y lo peor es que llueve sobre mojado: el colapso del sistema público de salud no ha tenido paliativos tras la pandemia en Andalucía. Primero sorprendieron los contratos opacos que desviaron millones a la sanidad privada, después unas ordenes de tarificación que abrían la atención primaria a la concertación con precios inflados, y las puertas de las instalaciones públicas a médicos de la privada, algo que la Junta tuvo que posponer ante el rechazo generalizado.

El debate en torno a las listas de espera continúa siendo el principal síntoma de la dolencia del sistema. No hay cifras oficiales de la Junta, los sindicatos denuncian la falta de transparencia y, solo un informe de CCOO ofrece algo de luz colectiva: hay un millón de andaluces esperando a una cita.

Moreno Bonilla ha estado durante las últimas semanas más pendiente de Madrid y Bruselas y de Sánchez y Puigdemont que de las listas de espera. Su reciente plan de choque que destina más de 700 millones de euros a conciertos con la sanidad privada tampoco cierra la herida. En la última sesión de control parlamentario, el presidente andaluz vio un insólito alineamiento de todas las fuerzas políticas. Lejos de poner la amnistía-investidura en el centro del debate, incluso Vox se sumó al resto del arco parlamentario en el reproche por es estado de la salud pública. En el Parlamento, el PP se sigue resistiendo a convocar un debate sobre la sanidad andaluza, gracias a su mayoría parlamentaria.