Los 58 diputados del PP, con Juan Manuel Moreno a la cabeza, no podían disimular su euforia en la que sin duda iba a ser una jornada histórica para ellos: por primera vez en 40 años de autonomía andaluza, las siglas refundadas por José María Aznar en 1990 estrenaban mayoría absoluta.

Moreno podrá gobernar sin ataduras de ningún tipo, pero muy especialmente sin las que representaba Vox, convencido de que la duodécima legislatura marcaría un punto de inflexión en su meteórica trayectoria política. El 19-J parece haber marcado ese punto, pero en un sentido contrario al esperado: el ciclo ascendente iniciado por los ultras en 2019 ha sido frenado en seco por los votantes conservadores andaluces, que han preferido poner casi todos los huevos en la cesta del Partido Popular.

La histórica jornada amanecía con la noticia de que el PP cedería a Vox uno de sus cinco puestos en la Mesa de siete miembros del Parlamento autonómico, que presidirá el hasta ahora consejero de Salud Jesús Aguirre, cuyo estilo de castellano viejo tal vez tendrá que pulir un poco para acomodarlo a la alta magistratura que ocupa desde hoy.

No ha habido, en todo caso, cambio de cromos entre los dos partidos de la derecha con presencia en la Cámara: el gesto del PP ha estado inspirado por el "espíritu de generosidad y diálogo desde el minuto uno" que Juan Manuel Moreno ha prometido como santo y seña de su mandato. 

Aun sin dejar de ser generosa, la cesión a Vox no supone una merma significativa del cuantioso capital cosechado por el PP el 19 de junio. La formación de Moreno no solo conserva la mayoría absoluta de la Mesa, sino que con ese gesto hacia Vox preserva los lazos emocionales y los puentes institucionales con una extrema derecha que todavía tiene mucho que decir en la política nacional. Recuérdese que prácticamente todas las encuestas prevén que Alberto Núñez Feijóo necesitará a Santiago Abascal para llegar a la Moncloa.    

En esta legislatura Moreno sí tiene las manos completamente libres para hacer las políticas que considere mejores para sus intereses y los de la comunidad. Ya no contará, sin embargo, en su equipo estratégico con quien ha sido el vicepresidente de hecho del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, que conserva el acta de parlamentario autonómico, a la que sumará la de senador, responsabilidades ambas que se supone que le dejarán tiempo suficiente para desempeñar el cargo de coordinador general del PP, que es la razón por la que deja la política andaluza.

De los cinco senadores por designación autonómica a que tiene derecho el PP, el segundo y el tercero ya tienen titular: serán el eficiente consejero de Hacienda Juan Bravo y el incombustible veterano Javier Arenas, que lleva 40 años ininterrumpidos en la vida pública, aunque desde hace algún tiempo en horas bajas tras verse salpicado por los goterones del caso Gurtel. Verdadero artífice de los avances electorales del PP, que lideró durante dos décadas en una plaza tan difícil como la andaluza, Arenas ha desempeñado con discreción y sin estorbar el delicado papel de 'jarrón chino' que suele asignarse a los expresidentes. 

El puesto de portavoz del grupo parlamentario lo ocupará ahora el fiel Toni Martín, hombre de confianza de Moreno en el partido que sustituye en el cargo a José Antonio Nieto, que lo gestionó con dignidad en la pasada legislatura pero que renunció a ir en las listas del PP por Córdoba tras constatar que iba a ser relegado al puesto quinto o sexto de la lista, según las encuestas sin opciones de elección. Se equivocaron las encuestas y equivocaron a Nieto: el PP obtuvo siete escaños en la provincia.

Mientras, en el Partido Socialista intentan digerir el pésimo resultado del 19 de junio, cuando hubieron de conformarse con tres escaños menos de los 33 que sumó Susana Díaz en 2018 y que marcarían el principio del fin de su mandato como secretaria general. Fiel a su manera de entender la política, Juan Espadas ha garantizado “una oposición útil, constructiva, visible” y decidida a un “control exhaustivo” del Ejecutivo que se desenvolverá a modo de "gobierno en la sombra, con un referente en cada responsable de las áreas de gestión" que decida el presidente electo.

Por su parte, la diputada electa Inmaculada Nieto, portavoz del grupo Por Andalucía en la duodécima legislatura andaluza, también ha prometido trabajarán con el PP para mejorar las iniciativas que entiendan deben mejorarse a pesar de que los populares puedan sacarlas solos adelante en su versión original al contar con mayoría absoluta. 

Desde el Grupo Mixto, Teresa Rodríguez y Maribel Mora, las dos diputadas electas de Adelante Andalucía, se han conjurado para convertirse en "las leonas del escudo de Andalucía", según la expresión de resonancias legendarias utilizada por la parlamentaria por Cádiz.

La diputada ultra Macarena Olona, por su parte, se mostraba mucho más humilde de lo que se la vio durante la campaña, donde las exhibiciones de soberbia y las salidas de tono perjudicaron sus desmedidas expectavias electorales. “No saben las ganas que tengo de hacer oposición con la mejor de las sonrisas y la mano tendida", prometía modosamente a los medios.