Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Algo así se habrá dicho a sí mismo el presidente de la Junta y líder andaluz del PP, Juan Manuel Moreno, ante la tesitura de que dentro de solo dos días la dirección nacional de su partido investirá oficialmente como candidato a la Alcaldía de Sevilla al senador y alcalde de la localidad próxima de Tomares José Luis Sanz.

Moreno se paseaba oportunamente ayer con Sanz frente al Ayuntamiento de la capital y poco después los equipos de comunicación del partido se apresuraban a difundir esa imagen de ambos con la que el presidente andaluz, respaldando a quien nunca había sido su candidato, camuflaba como victoria lo que en realidad era una derrota: la sufrida en el congreso del PP de Sevilla, donde Moreno perdió el pulso con Génova, que apoyaba a Virginia Pérez frente al alcalde de Carmona, Juan Ávila.

La batalla de Sevilla

José Luis Sanz era el candidato de Virginia Pérez –y de Pablo Casado– para recuperar Sevilla, regida hoy por el socialista Juan Espadas, cuya elección como secretario general del PSOE andaluz es muy probable que desemboq]ue finalmente en la renuncia a la Alcaldía, pero ni ésta tiene fecha ni Espadas ha señalado quién podría ser su sucesor.

En ese contexto de incertidumbre, el PP ha decidido jugar a fondo sus cartas: por una parte, presionando a Espadas para que abandone el cargo; por otra, designando a su candidato con más de un año y medio de antelación a la cita electoral, prevista para mayo de 2023.

Ya en abril pasado en Génova señalaban a Sanz como el hombre idóneo para arrebatarle al PSOE el gobierno de la capital de Andalucía. Mientras, especulaciones no confirmadas pero bien fundadas avalaban que la preferencia de Moreno para encabezar la candidatura era Patricia del Pozo, actual consejera de Cultura, que nunca se postuló para el cargo pero tampoco lo descartó.

El hombre que pudo reinar

Más allá de otras consideraciones, para Juan Manuel Moreno no es plato de gusto ‘comerse’ como candidato de la capital a un Sanz que en 2014 estuvo a un paso de convertirse en presidente del PP andaluz: contaba para ello con el apoyo de la entonces poderosa secretaria general de Génova, María Dolores de Cospedal, pero la no menos poderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se interpuso en su camino y convenció a Mariano Rajoy de que ‘ungiera’ presidente a Moreno. Disciplinado y a la espera de que llegaran mejores tiempos, Sanz se retiró de la carrera.

Para Cospedal, cuyas terminales mediáticas habían anticipado con fruición que Sanz iba a ser el nuevo presidente del PP-A en sustitución de Juan Ignacio Zoido, el golpe de mano de Santamaría fue una humillación en toda regla: hasta entonces se suponía que la vicepresidenta lo era todo en el Gobierno pero poca cosa en el partido; el sñubito ascenso de Moreno demostraba lo contrario. 

El 1 de marzo de 2014, quien hasta entonces había ocupado, más bien lánguidamente, el puesto de secretario de Estado de Asuntos Sociales a las órdenes de Santamaría era proclamado presidente del PP-A con un respaldo del 98,54 por ciento en el XIV Congreso Regional del partido, pese a que muy probablemente una buena parte de los 1.416 compromisarios que lo votaron debía ser la primera vez que le ponían cara.

El alcalde de los ricos

José Luis Sanz es senador y alcalde por mayoría absoluta de la localidad sevillana de Tomares, que cuenta con una de las rentas per cápita más altas del país, y desempeñó con desenvoltura el cargo de número dos del partido en Andalucía durante la etapa en que el número uno -más formal que real- era el entonces alcalde de Sevilla y luego ministro del Interior Juan Ignacio Zoido.

Sanz tendrá que renunciar antes que después a su actual responsabilidad como alcalde de Tomares, cuyos destinos rige desde hace 14 años: los suficiente para concluir que, más allá del porcentajes de votantes ricos, no ha debido de hacer mal su papel.

Sus mayores apuros los pasó Sanz entre 2013 y 2018, los años en que, hasta su archivo definitivo, permaneció viva la causa judicial por malversación y prevaricación que a punto estuvo de costarle su carrera política.

Su designación oficial como candidato a la Alcadía está prevista para este jueves en el contexto de los actos que se celebrarán en la capital andaluza, preparatorios de la convención nacional que el PP celebrará el próximo fin de semana en Valencia.