La campaña del Partido Popular de cara a la cita electoral del 19 de junio parece sustentarse en estos pilares: ensalzar a Juan Manuel Moreno, demonizar a Pedro Sánchez, ningunear a Juan Espadas y neutralizar a Macarena Olona. Así lo vienen certificando en sus intervenciones públicas los dirigentes conservadores, que están poniendo buen cuidado en rehuir el cuerpo a cuerpo con Vox, a cuyos votantes menos ideologizados se proponen recuperar.

El candidato popular a la Presidencia de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, que ayer presentó en Almería a los 109 candidatos de su partido, centró sus ataques directos en el Partido Socialista sin mencionar el nombre de su líder Juan Espadas, pero no se le escuchó ningún reproche explícito a la candidata la extrema derecha, a cuyo empadronamiento en Salobreña Moreno aludió con palabras tan vagas como que “los candidatos del PP sí tienen arraigo, y arraigo es que está uno en la tierra, que tu padre, tu abuelo estaban aquí, que sabe lo que quiere tu ciudad, tu comarca y que comprende sus necesidades”.

Los miramientos con que Moreno alude a Macarena Olona recuerdan a aquel detective de Gila que detenía a los criminales a base de indirectas; si se cruzaba en el pasillo o en el ascensor con el asesino, se limitaba a decir en voz alta y con intención: “Alguien a matado a alguien y no me gusta señalar…”. Tan persuasivo se mostraba el sabueso que el pobre malhechor acababa confesando su crimen. ¿Se rendirá Olona ante las delicadezas de Moreno? ¿Le pagará con la misma moneda? No es probable.

Para no verse obligado a nombrar a Olona vicepresidenta de la Junta, Moreno necesita recuperar decenas de miles de votos del PP que en las elecciones generales se fueron a Vox. Recuérdese que en la cita de noviembre de 2019 Vox se quedó en Andalucía a poco más de 7.000 votos del PP: 877.202 papeletas frente a 869.909.

La aspiración del candidato del PP es lograr la hazaña de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, pero la estrategia para lograrlo es muy distinta: si Ayuso imitó sin complejos el discurso populista de Vox, Moreno ha optado por un cierto buenismo, alejado de la agresividad ideológica y el desprecio jactancioso del adversario que con tanto éxito practicó la presidenta madrileña.

Ayer en Jerez, el presidente en funciones apeló a los andaluces para lograr “una mayoría donde cabe todo el mundo, una mayoría tranquila, constructiva, segura para Andalucía, con el apoyo de miles de andaluces que van a confiar por primera vez en el PP porque han visto que gobernamos para todos, sin sectarismos, como desgraciadamente no se hizo en años y gobiernos anteriores”.

El único toque explícitamente populista de Moreno en su intervención fue su alusión a “las élites” que identificó con los “dirigentes del PSOE a los que les molesta que pida a todos esos votantes socialistas que están decepcionados con el Gobierno de Sánchez, que han visto que tenemos otra forma de gobernar, que podemos hacer las cosas bien, que confíen en nosotros, que no les vamos a defraudar”.

No fue la única alusión a Pedro Sánchez: “No hemos ganado nada y el PSOE si suma, si ese conglomerado de ocho partidos suma un solo escaño más que nosotros, no dudéis que tendremos un gobierno Frankenstein como el que tenemos en España con Sánchez”. De nuevo, ni una mención a Espadas.