Los sanitarios andaluces han empezado con movilizaciones masivas reclamando que se les pague la parte del complemento de productividad que se les adeuda desde 2019. Estamos hablando de entre 500 y 600 euros que Moreno Bonilla les debe a 115.000 sanitarios.

Se dejaron la piel durante los momentos más duros de la pandemia, se jugaron su salud y la de sus familias y ahora el presidente andaluz se niega a darles lo que es suyo. ¿Por qué no les paga lo que les corresponde? ¿Por qué no les pagó tampoco lo que aprobó el Parlamento andaluz para compensarles el esfuerzo realizado?

El Consejero de Salud se comprometió a pagar el cien por cien de dicho complemento, pero esta ha sido otra de sus muchas falsedades hacia el sector. Es la primera vez que esto ocurre. Se empiezan a notar las políticas de derechas en la sanidad.

No hay dinero para los sanitarios, pero sí lo hay para que Moreno Bonilla pague a la sanidad privada 2,8 millones por especialidades médicas al trimestre, concretamente al grupo privado José Manuel Pascual por 13 especialidades médicas en el Hospital Virgen de la Bella de Lepe (Huelva), de las cuáles seis de ellas no están operativas y carecen de médicos.

Esto es un escándalo. No se puede quitar un millón de euros al mes de la sanidad pública para dárselo a la privada, a la que ni siquiera se le exige que cumpla con lo firmado. ¿Este era el cambio de Moreno Bonilla?

Esto se suma a que la Junta de Andalucía se gastó 150 millones de euros en derivar a 618.652 pacientes a hospitales privados en la primera y la segunda ola del virus, de los cuales sólo 70 tenían COVID. Otra muestra del especial cariño que tiene el presidente andaluz a la privada.

Y los centros de salud siguen cerrados para la atención presencial. El 2 de marzo Moreno Bonilla prometió que se retomaban las citas médicas presenciales y que se reabrían todos los centros de salud. Han pasado más de dos meses y todo ha resultado falso.

Y la desatención a la sanidad pública sigue favoreciendo la contratación de seguros de salud privados, que es el verdadero objetivo de este Gobierno de derechas, para ellos la sanidad es un negocio.

Pero la guinda esta semana lo constituye el hecho de que el presidente andaluz ha quitado la prohibición a los jefes médicos de la sanidad pública de trabajar también en la privada, un cambio legal que permite a jefes de servicios y de sección compatibilizar su tarea con la sanidad privada. Una medida que se suma al añadido de más de 800 euros al sueldo de unos 2.400 médicos de la sanidad pública que también trabajan en la privada.

Este era el cambio para Andalucía que siempre quiso lo derecha, recortar la sanidad pública en material, en salarios y en personal; mientras todo son facilidades para la privada, con importantes recursos, facilidades para que trabajen en ella médicos y cargos intermedios. Todo sea para que algunos hagan negocio a costa de la salud de los andaluces y andaluzas.

Miguel Ángel Heredia Díaz
Senador del PSOE por Málaga