El Gobierno andaluz de PP y Cs no acaba de mandar un mensaje claro sobre qué hacer de cara a la Navidad después de que las restricciones impuestas para frenar los contagios estén dando buenos resultados.

Más allá de los llamamientos genéricos y buenistas a los ciudadanos para que se comporten con ejemplaridad y no bajen la guardia, desde la Junta de Andaucía los mensajes oficiales son en unos casos divergentes y en otros ambiguos.

Mientras el presidente, Juan Manuel Moreno (PP), alertaba ayer de que, “a poco que nos relajemos”, los contagios volverán a multiplicarse y la tercera ola llegará con fuerza inusitada en enero, su vicepresidente sugería más bien lo contrario: una cierta relajación.

En efecto, Juan Marín (CS) anticipaba ayer que "probablemente" el Gobierno andaluz ampliará la apertura de establecimientos –ahora limitada hasta las seis de la tarde– y abrirá los confinamientos perimetrales, al menos entre provincias.

Al igual que los gobiernos de otras CCAA, el andaluz sigue debatiéndose entre “salvar la Navidad” y "derrotar la virus". Lo sucedido hasta ahora no parece que esté sirviendo de escarmiento, pese a que la relajación del verano tras un exitoso estado de alarma de tres meses desencadenó la segunda ola de la que ahora empezamos a salir.

La presión de los sectores económicos más afectados por la pandemia, como la hostelería o la restauración pero también la cultura o el comercio, parece estar haciendo mella en el Ejecutivo autonómico, que no acaba de decidir si mantendrá las restricciones.

Tanto Moreno como Marín y otros miembros del Gobierno se remiten a lo que aconseje el Comité de Expertos, pero, dado que la mayor parte de sus miembros son cargos públicos –unos directamente políticos y otros del ámbito sanitario–, cabe pensar que sus recomendaciones no se alejarán mucho de los deseos de San Telmo.