El anuncio lo ha hecho esta misma mañana la Hermandad de la Macarena en su cuenta oficial de Twitter: “Anoche, la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad aprobó iniciar los trámites para cumplir con uno de los compromisos adquiridos con los hermanos: construir un columbario para los macarenos. A medida que las fases del proyecto avancen, la Hermandad informará a todos los hermanos”.

El escueto comunicado era esperado desde hace días por las autoridades de la Junta de Andalucía, cuyo deseo es que sea la propia hermandad quien dé los pasos necesarios para el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que prohíbe la permanencia en un espacio de culto de un dirigente del golpe militar y de la dictadura franquista, que firmó el Bando de Guerra por medio del cual se asesinaron a miles de andaluces sin juicio ni condena.

La Junta ha advertido que, de un modo u otro, la ley se cumplirá. La hermandad también ha dicho siempre que así será, pero ha venido remoloneando a la hora de hacerlo.

La solución del columbario es, en principio, bien vista por el Gobierno andaluz. Los restos del general africanista seguirían reposando en la basílica, como quieren muchos hermanos pese a las atrocidades cometidas, pero en un espacio más discreto y no en el lugar de honor que ahora ocupan.