La muerte del padre, un hombre gris y frío, impulsa el relato. Unas cartas encontradas en su despacho por uno de sus hijos parecen revelar una historia de amor homosexual y clandestina. El encuentro entre ese hijo que siente que nunca conoció a su padre y el remitente de las cartas centra el desarrollo de Las heridas del viento, obra teatral de Juan Carlos Rubio (Montilla, 1967) estrenada hace más de una década y que se ha representado en medio mundo, convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos.

Trabajador hasta el extremo (su lista de trabajos requiere de varios folios), Rubio ha sido el encargado de dirigir la adaptación al cine de su texto en lo que significa su debut como director. La película se estrena este miércoles en el Festival de Cine Europeo de Sevilla en el marco de una gala en el Lope de Vega en la que Canal Sur reconocerá la trayectoria de Kiti Manver, actriz fetiche del autor, que ha contado con ella para que retomara el papel de hombre con el que ya brilló en el teatro, además de para su último espectáculo, Sensible, que se ha estado representando hasta hace pocos días en los Teatros del Canal de Madrid. Aprovechamos la ocasión para charlar con el cordobés.

¿Por qué ha decidido que la adaptación al cine de Las heridas del viento sea su debut como director de largometrajes?

Desde el comienzo Bernabé Rico, el productor de la versión teatral, tenía en mente que este proyecto pudiera pasar al cine. Gracias a su empeño lo hemos conseguido. Así que más bien lo ha decidido él, cosa que no puedo por menos que agradecerle.     

Entiendo que una de las razones puede ser que considere que se trata de su mejor texto o del que se siente más orgulloso. ¿También es uno de los más autobiográficos?

Cada uno de mis textos obedece a un momento y circunstancia diferente de mi vida, a todos les tengo apego, sirvieron para algo especial y necesario. Es cierto que Las heridas del viento es un texto dedicado a mi padre, a las deudas pendientes, a los amores no correspondidos, un texto al que tengo especial afecto. Pero insisto en que fueron las circunstancias, impulsadas por Bernabé, las que me hicieron plantearme la dirección cinematográfica.  Nunca ambicioné dirigir cine, aunque he de reconocer que ha sido una gran experiencia.     

Ha transcurrido más de una década desde el estreno de la obra. Un texto que se ha representado en medio mundo y ha sido publicado, ¿en qué ha cambiado en este tiempo? ¿El hecho de que le siga motivando como el primer día ha sido también una de las razones a la hora de poner en pie la película?

El tema que plantea Las heridas del viento es universal y eterno. Mientras nos sigamos enamorando de imposibles y sigamos culpando a los demás de esa decisión mantendrá su vigencia. Mucho público vino más de una vez a ver el montaje, se sentían atrapados por la atmósfera que habíamos creado. A todos los espectadores que han visto el montaje en cualquier parte del mundo les dedico esta película. 

La sensación es que el guión es muy similar al texto teatral. ¿Ha tenido que realizar modificaciones para poder expresarse en este otro lenguaje?

No he modificado prácticamente nada, no creo que fuera necesario. El cine es plural, no de un solo tipo, estilo o género. Creo que cierto tipo de público está preparado y deseando ver propuestas nuevas, un poco más al límite, no tan convencionales.  

¿Siempre visualizó que una película de Las heridas del viento sería en blanco y negro o tomó la decisión cuando este proyecto empezaba a concretarse?

Siempre la visualicé así. De hecho, yo ya bromeaba con que nuestro montaje teatral era en blanco y negro. El cartel de entonces (y el de ahora), el vestuario, todo era en blanco y negro. Creo que en el amor hay luz y sombra, y quería reflejar ese claroscuro en este salto a la pantalla.  

A nivel de dirección, opta por planos largos y en muchos casos frontales, con los actores dirigiéndose a la cámara, aunque a una distancia menor que a los espectadores de teatro. ¿Le molesta si calificamos su película como cine teatral o teatro filmado?

¿La soga de Hitchcock es teatro filmado? A mí me parece sencillamente una gran película. En cualquier caso, que cada uno lo llame como prefiera. Yo intento escapar de las etiquetas, creo que solo sirven para ver el precio de la ropa, no para intentar meter en un cajón algo tan intangible como una expresión artística.

Hablemos de los personajes. Esta es la historia de uno al que no vemos contada a través del encuentro y el cruce dialéctico entre uno de sus hijos y un amante secreto. ¿Le tentó mostrar al padre fallecido en pantalla aprovechando el cambio de medio?

No, no quería mostrar al padre, solo podemos ver su mano en un momento determinado. La película no habla "del otro", habla de nosotros mismos, de intentar no culpar únicamente a los demás de nuestros problemas, de asumirlos. Mostrar al padre creo que le hubiera restado altura a la propuesta, prefiero dejar volar la imaginación del espectador. 

Le preguntaba antes por el componente autobiográfico, pero entiendo que al crear este texto también tuvo la voluntad de describir muchas historias reales de amor escondidas por la orientación sexual y la represión. ¿Sigue habiendo mucha gente como Juan o como el padre de David? Supongo que esas personas que se identifican le habrán agradecido en más de una ocasión que hiciera este texto.

La película no habla de un amor gay, o hetero, habla del amor en general y de las ganas de amar y de perdonar. Muchos espectadores de la obra de teatro me agradecían, tras verla, la función terapéutica que esta había tenido sobre ellos. Muchos salían con  ganas de llamar a su padre, o a su hermano, o a su amigo o ex pareja y retomar una comunicación, cortada por problemas del pasado. Como autor y director es maravilloso que lo que haces sirva para algo más que para el mero entretenimiento. Ojalá que la película consiga también ese objetivo, sea cual sea tu orientación sexual.  

Usted ya tiene experiencia como guionista en pelis que además fueron bien recibidas, como Bon Appetit o Retorno a Hansala. ¿Ha tenido algo que ver este trabajo con aquellos?

No. En aquellas ocasiones la visión, el tono, la estructura, eran muy diferentes. Además, los guiones los escribí en colaboración con Chus Gutiérrez (Retorno a Hansala) y David Pinillos y Paco Cabezas (Bon Appetit). Fue fantástico compartir universo con ellos, pero en este caso la propuesta era mucho más personal e intuitiva.  

Ha optado por mantener también a Kiti Manver y Daniel Muriel, los actores que venían representando la obra en el teatro. ¿Ha tenido que dar indicaciones diferentes, cambia mucho el trabajo?

Era imposible para mí imaginar la película sin ellos, el proyecto era ese: hacer la versión teatral y luego rodarla. Kiti y Dani conocían maravillosamente a sus respectivos personajes, Juan y David, llegaron al rodaje con tres años de ensayos. ¡Eso es un lujo! Sobre todo porque rodamos en muy pocos días y no había casi tiempo de ensayar.    

Manver, una de sus colaboradoras habituales, recibirá el premio de RTVA en el Festival de Sevilla, y se aprovecha la ocasión para proyectar la película. La verdad es que está espléndida. ¿Qué significa ella para su carrera?

No puedo concebir mi carrera teatral sin Kiti. Hemos colaborado en siete espectáculos teatrales. Es un diamante, una actriz híperdotada haga lo que haga: comedia, drama, musical. ¡Y en este caso de hombre! Y siempre consigue un grado de verdad y emoción insuperable. La amo.      

La película se va a ver en otros festivales además de Sevilla, como el de Huelva o LesGaiCineMad. ¿Se siente cómodo con esta distribución de la película o aspira a un estreno convencional en algún momento?

Esta es una película diferente en forma, en contenido, en intención, y estoy feliz de la orientación que le están dando tanto el productor como la distribuidora. Creo que tenemos un largo recorrido que hacer, con nuevas fórmulas de exhibición. Me parece un camino estupendo. 

Además de en las presentaciones de la película, ¿en qué anda ahora? ¿Veremos pronto Sensible por Andalucía?

Pronto se comenzará a rodar la versión cinematográfica de otro texto mío, 100m2-El inconveniente. En este caso será el debut en la dirección de largos de Bernabé Rico, que ya ha cosechado muchísimos premios con sus estupendos cortos. Estoy muy contento de que haya elegido  mi obra. Hemos escrito el guión juntos y creo que el resultado es fantástico. Bernabé es otro de esas personas increíbles sin las que no podría entender ni mi carrera ni mi vida.   Respecto a Sensible, pasará por muchas ciudades andaluzas: Málaga, Sevilla, Córdoba, Granada, Antequera, Úbeda, Roquetas, El Ejido... Espero que mis paisanos se acerquen al teatro a disfrutar del increíble trabajo de Kiti Mánver y Chevi Muraday. Vale la pena.