Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Secretaria General de UGT Andalucía, Carmen Castilla, ha publicado en su blog un nuevo post en el que reclama unidad de las Administraciones ante la violencia de género y políticas de igualdad.

"Vaya en primer lugar todo mi apoyo a los familiares de las cuatro mujeres, tres adultas y una menor, que han sido asesinadas en los últimos días en Andalucía víctimas de la violencia de género. En el Día Internacional de la Mujer es necesario mostrar con toda nuestra energía la repulsa ante una lacra que no parece tener fin. Difícil acabar con la violencia machista si se recorta en políticas de igualdad. Desde aquí reclamo a todas las Administraciones un esfuerzo colectivo para combatir un tipo de violencia impropio de una sociedad democrática y madura como la nuestra. Solo desde el trabajo en las escuelas y la inversión en políticas de igualdad podremos poner freno a lo que no puede ser llamado de otra manera que atentado de género.

Las mujeres llevamos toda la vida reivindicando nuestros derechos. Sea 8 de marzo o 9 de abril. Y lo hacemos en todos los ámbitos: el doméstico, el económico, el político, el social, el laboral… Históricamente hemos accedido al mercado de trabajo en momentos muy complicados y, lamentablemente, también éste lo es. Mientras las mujeres ganemos entre un 15 y un 30% menos que los hombres, tal y como sucede actualmente en Andalucía, no hay igualdad. Una mujer tiene que trabajar 84 días más para igualar el sueldo de un hombre. Y esto es algo sobre lo que toda la sociedad debería reflexionar porque, precisamente, uno de los indicadores que marcan el nivel de madurez democrática de un país es la posición de las mujeres en el mercado laboral, en la vida pública, política, económica…

En solo dos años España ha retrocedido un puñado de puestos en políticas de igualdad y género. Se las merendó el Gobierno con la excusa de la crisis. Como decía mi compañera Almudena Fontecha (secretaria de Igualdad de UGT) durante su intervención hace un par de semanas en unas jornadas de mujer organizadas en Sevilla, que hoy en nuestro país haya más mujeres que hombres en paro no es noticia. Y no lo es porque estamos volviendo a un modelo de sociedad contra el que ya las mujeres de la República intentaban luchar: la mujer en casa y con la pata quebrada. Ese es el modelo de sociedad que persigue el Partido Popular con sus reformas y sus recortes del gasto público. ¿Quién está soportando hoy los recortes en la dependencia? Las mujeres, convertidas en auténticas sustitutas del estado del bienestar: la red de protección que antes ofrecía el Estado ahora la sostienen las mujeres, obligadas a retornar al hogar y al cuidado de hijos y mayores.

Habrá ahora quien salga al atril y diga eso de que en este país se fomenta la conciliación. Y yo le pregunto: ¿Qué conciliación? ¿Con el mercado laboral como está, ¿qué mujer se va a atrever a coger una reducción de jornada? ¿Qué trabajadora osa pedir una excedencia? Más de la mitad de los parados son mujeres, un auténtico suicidio social porque todo lo invertido en formación en las últimas décadas se va por el desagüe. Como explicaba Fontecha, la sociedad, la economía, el país que no apueste por incorporar a sus mujeres a la vida productiva firma la sentencia de muerte del propio sistema de protección social. Y este país necesita a cuantas más trabajadoras y trabajadores mejor porque es la garantía del estado del bienestar.

Si queremos salir de la crisis no podemos repetir errores pasados. Si alguna lección debemos sacar de estos años de penuria es precisamente la de que con una economía basada en el recorte del gasto público, bajos salarios y desigualdad no hay futuro. Tenemos que construir entre todos el mañana y la mujer juega ahí, jugamos ahí, un papel fundamental.

Las mujeres hoy queremos empleo porque trabajo ya tenemos. Queremos decidir si quedarnos embarazadas o no. Y queremos elegir cuándo. Queremos decidir nuestros tiempos. Queremos ser tratadas por igual en un sistema económico solidario, eficaz y justo. La historia reciente nos demuestra que aquellos países que han apostado más por las mujeres, como Noruega, Suecia, Dinamarca o Finlandia, no solo han hecho una política más justa y eficaz económicamente es que, además, son los países que gozan de mayor estado del bienestar para sus ciudadanos. Ese es el espejo en el que tiene que mirarse, señor Rajoy".

Carmen Castilla