Con la hostelería hemos topado. Apenas había pasado una hora desde que el presidente de la Junta anunciara anoche las nuevas medidas para contener la pandemia cuando la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia (AHS) enviaba un encendido comunicado a sus asociados pidiendo la dimisión de Juan Mamuel Moreno, calificando de "ridículas" las ayudas recibidas hasta ahora y anunciando movllizaciones.

La medida que ha indignado al sector y que este no comprende prescribe que los negocios de hostelería se mantendrán con el actual horario de cierre (18,00 horas) hasta el próximo viernes 18, cuando podrán abrir ya desde la mañana a las 18,00 horas, cerrar sus puertas hasta las 20,00 horas y abrirlas de nuevo hasta las 22,30 horas. Las tiendas y establecimientos comerciales ajenos a la hostelería sí podrán abrir hasta las 21.00 horas desde mañna sábado y durante todo el período navideño.

En esta ocasión el Gobierno andaluz no ha querido repetir el error cometido en octubre en Granada cuando, ante el aumento de los contagios, ordenó el cierre de la Universidad pero mantuvo abiertos bares y restaurantes. La escadala de positivos obligó a las autoridades sanitarias a recitificar.

Para los hosteleros sevillano, que preside Antonio Luque, también vicepresidente de la federación andaluza, "el argumento de que entre las 18,00 y las 20,00 horas la gente se relaja más es la gota que colma el vaso de la paciencia y la buena voluntad de la hostelería".

El tono del comunicado es, con diferencia, el más duro de los que en estos meses de pandemia han llegado a oídos del palacio de San Telmo. Ni siquiera los sindicatos han elevado la voz de forma tan airada ante alguna medida de la Administración autonómica que han considerado lesiva para los trabajadores públicos.

Los hosteleros hablan de "enésimo atropello", de "maltrato", de haber recibidio "ayuas ridículas" y de que el gobierno andaluz no les deje hacer lo único que quere: trabajar. La rotunda descalificación de las ayudas a los pequeños negocios de las que tanto viene presumiendo la Junta es un jarro de agua fría al autocomplaciente discurso gubernamental. 

"La Junta de Andalucía –amenaza el texto– ha decidido sacrificarla, pero la hostelería tiene memoria y no va a olvidar esta nueva afrenta sin motivo y totalmente inesperada. Anunciamos movilizaciones en el conjunto de Andalucía para protestar por lo que es una utilización política de un sector que emplea a más de un cuarto de millón de andaluces y representa más del 7 por ciento del PIB regional".