Se sienten doblemente maltratados: por las administraciones públicas por no darles las ayudas directas sin las cuales no podrán sobrevivir y por los expertos en epidemiología por señalar al sector como foco muy peligroso de contagio.

Los hosteleros de Andalucía se manifestaron ayer en todas las capitales de provincia para reclamar al conjunto de las instituciones que se agilicen las ayudas directas. Se sienten “abandonados en y la ruina”.

Han perdido la confianza de las administraciones, sea cual sea su color político. Ni siquiera están seguros de que los 11.000 millones en ayudas –directas 7.000 de ellos– prometidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vayan a hacerse realidad rápidamente. "Es la tercera vez que se anuncian ayudas directas", se quejan.

En Sevilla, además de dos caravanas de coches que confluyeron en el centro, la manifestación fue secundada por entre 600 y 1.000 personas. Comenzó en La Campana y terminó en la Plaza de España, ante la sede de la Delegación del Gobierno de España. A su paso por el palacio de San Telmo, sede de la Presidencia andaluza, los manifestantes no se detuvieron ni profirieron gritos con la Junta.

El vicepresidente de la Federación Andaluza de Hostelería y presidente de la agrupación provincial de Sevilla, Antonio Luque, se quejó de que llevan "un año sin ayudas directas".

El sector pide esas ayudas directas y también menos restricciones horarias. Quieren que el toque de queda se prolongue al menos hasta las once de la noche, para así poder dar cenas ahora que las temperaturas empiezan a acompañar. Las actuales restricciones están vigentes hasta las 0,00 horas del próximo día 19 de marzo.

Precisamente, el Consejo Asesor de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto (Comité de Expertos) se reunirá este miércoles a las seis en el palacio de San Telmo para abordar la evolución de la pandemia del coronavirus y decidir si se mantienen las restricciones actualmente vigentes o se introducen cambios. Las decisiones que se adopten en cuanto a medidas serán para un periodo de dos semanas, con lo que afectarían a la Semana Santa.

Aunque sin confesarlo abiertamente, la tentación en el Gobierno andaluz es suavizar las restricciones, en particular permitir la movilidad entre provincias en Semana Santa, dado que la comunidad seguirá cerrada perimetralmente al igual que el resto de territorios, salvo Madrid.

En este momento, está vigente el cierre perimetral de la comunidad autónoma y de cada provincia, con toque de queda desde las 22,00 horas a las 6,00 horas. Los sectores de hostelería y comercial pueden estar abiertos hasta las 21,30 horas, según la decisión que se adoptó en la última reunión del comité de expertos el día 3 de este mes, donde también se acordó aumentar las reuniones de 4 a 6 personas, en el ámbito doméstico y en la restauración y hostelería al aire libre, mientras que en el interior de los locales de hostelería y restauración, la limitación es de 4 personas.