Los otros barrios de Sevilla protestan por vivir sin electricidad en plena ola de calor. Miles de sevillanos se ven obligados a pasar horas a oscuras y sin aire acondicionado, La situación de los electrodependientes es extrema.

Es la realidad de miles de sevillanos. Cuando llega el calor, llega la inseguridad eléctrica. Por eso, cientos de vecinos de la capital andaluza protestan ante Endesa y las administraciones. Con temperaturas que rondan los 40º, la vida se hace imposible en extensas barriadas donde el suministro eléctrico solo existe unas 6 ó 7 horas de madrugada.

Las entidades vecinales calculan que unas 40 mil personas se están viendo afectadas por los cortes de luz. Llevan días movilizándose y llevando al centro de la ciudad, desde la periferia, su irrespirable día a día. No hay luz, no hay aire acondicionado o ventiladores y, en algunas casas, el calor imposibilita vivir. Tampoco los alimentos resisten y se echan a perder en frigoríficos apagados.

Pero el infierno es mayor para ciertos colectivos. Casos como el de Pedro M. Teodoro Rodríguez son elocuentes. Tras un accidente de tráfico quedó inmovilizado de cintura para abajo. Se mueve por la ciudad con un motocarro eléctrico. En casa, se ducha y sale de la cama con ayuda de una grúa eléctrica. Pedro es electrodependiente. Ha estado varios días sin poder salir de casa por no poder recargar su vehículo. Incluso, de madrugada tuvo que llamar a los bomberos. La grúa que le saca de la ducha se quedó sin batería y no pudo bajar de ella. “Me quedé dormido, ahí, colgando durante horas hasta que me bajaron, por suerte, un bombero me ha dado su teléfono particular para cuando me vuelva a pasar”, cuenta resignado.

La electricidad en el barrio de Pedro, el de Su Eminencia, no sufre de cortes, sino de apariciones puntuales. De media, aseguran los vecinos, no hay electricidad durante 13 horas consecutivas. “Queremos soluciones ya, no se puede vivir así, más cuando nosotros pagamos la luz cada mes, religiosamente”, explica.

La Plataforma Interdistritos ‘Barrios Hartos’ articular las protestas con un discurso combativo contra Endesa, pero también contra la Junta de Andalucía, “que hace suyas las tesis de la empresa eléctrica”, denuncian desde la entidad. Barrios Hartos ha realizado encierros. Las demandas también han llegado hasta la Fiscalía de Sevilla, pidiendo la intervención del Ministerio Público. De hecho, ya hay incoadas diligencias contra Endesa.

Con un discurso en nombre de los barrios pobres, obreros y marginados, los vecinos piden la nacionalización de las empresas eléctricas, “por ser un bien básico que no puede atender solo a criterios de maximización de beneficios”. A la concentración ante el Ayuntamiento de Sevilla sigue un extenso calendario de movilización vecinal.

Un alcalde en apuros

Las protestas de Barrios Hartos se focalizan ahora en el Ayuntamiento de Sevilla. El nuevo alcalde, el popular José Luis Sanz, tiene un primer fuego que apagar en la ira de vecinos de barriadas muy distintitas y distantes, como son Palmete, Su Eminencia, Juan XXIII, Padre Pío, Amate, Santa Teresa o Polígono Sur, el barrio con menor renta neta media anual por persona de España.

“No esperamos gran cosa de la reunión con este alcalde, no venimos con esperanzas, sus primeras declaraciones ya han mostrado odio de clase”, dice Juan García, uno de los vocales de Barrios Hartos. El alcalde hispalense ha disgustado a un gran número de barrios humildes con unas declaraciones que “dan a entender que, para él, hay dos tipos de barrios”, lamenta Ruiz.

“El problema ya no es que haya fallos de luz en barrios como Palmete o barrios como estos…  el problema es que esta noche ha habido barrios como Ciudad Jardín donde también ha habido cortes de luz”, ha dicho Sanz. Sus declaraciones hacen entender a los vecinos que apagones en barrios como Palmete o Polígono Sur son asumibles, pero no en Ciudad Jardín. La diferencia entre unos y otros barrios es que los últimos son de clases más acomodada.

 Las declaraciones del alcalde, diferenciando entre un tipo de barrio y otro sigue la postura que ya sostuve el verano pasado, cuando se dio el mismo problema, la Junta de Andalucía, que justificó los fallos de suministro eléctrico en el hecho de que se dieran en barrios conflictivos. Por su parte, desde Endesa aseguran que Sevilla es la ciudad con más fraude eléctrico de Andalucía y vinculan los cortes de luz a la existencia de narcopisos, con un consumo eléctrico inasumible para la red.

Víctimas al cuadrado

La existencia de fraude eléctrico tiene que ver con los pisos que acogen plantaciones ilegales de marihuana, enganchados a la red eléctrica. Su consumo es tan alto que provocan la suspensión del suministro eléctrico para toda la barriada. Preguntamos a Pedro si en su bloque de vecinos hay narcopisos. No afirma ni desmiente, pero da entender que lo hay, muy a su pesar.

Otro vecino de Polígono Sur nos pide permanecer en el anonimato, pero comparte su frustración por tener que vivir en una barriada colonizada por mafias que ocupan viviendas para plantaciones. Ha trabajado hasta llegar a la jubilación en la construcción y lleva toda la vida en el barrio, “tengo que convivir con estos pisos, pero la única solución que me dan es cortarme la luz, así no se combate a los delincuentes”, suspira. Se siente doblemente victimizado.

Pero los cortes de luz, como asume el propio alcalde de Sevilla, se vienen dando también en barrios sin conflictividad social.  “En Su Eminencia, la mayoría pagamos la luz, no todos somos criminales, de hecho, en estos momentos –es medio día– todos los comercios del barrio están sin luz”, denuncia Pedro desde su motocarro.

Con esas declaraciones solo nos criminalizan y eso duele, nos insultan como si fuéramos conflictivos, pero somos barrios trabajadores, el problema es que nos cortan la luz, no otro”, explica Víctor López, de Barrios Hartos. La plataforma señala que la criminalización es una manera de no abordar la regeneración de la red eléctrica. “En nuestros barrios la infraestructura eléctrica no ha cambiado en décadas, hace 40 años no había aires acondicionados o placas en las cocinas, todo ha cambiado, pero no el suministro”, añade Juan García.

Tras horas de protestas, finalmente los representantes de Barrios Hartos fueron recibidos por el alcalde de Sevilla. Sanz trató de posicionar el problema de suministro eléctrico como una cuestión de seguridad que se resolvería con más presencia policial, según la plataforma. Los vecinos califican este primer encuentro de insatisfactorio y lleno “solo de palabras”, no de hechos. Manifiestan haberse encontrado con un alcalde “aún muy desubicado sobre cómo relacionarse con los barrios obreros”.

Seis de los 15 con barrios de menor renta neta media anual por persona de toda España están en Sevilla, una ciudad que este verano vuelve a mostrar sus dos caras, una la del centro, bien organizada para los turistas y servicios; la otra cara, la de extramuros, cuenta con barrios inhabitables y que, seguramente pasarán otra tórrida noche a oscuras.