Gabriel Amat (Granada, 1944) es más rápido que la justicia. Cuando ésta llega al lugar del crimen, el presidente del PP de Almería nunca está allí y además no queda ni una sola huella comprometedora del supuesto autor del delito. ‘Es que yo nunca estuve allí y además nunca hubo delito’. ¿Delito? ¿Qué delito?, viene a proclamar Amat cada vez que logra escurrirse de las manos de una justicia que le viene pisando los talones desde años.

A lo largo de los cinco lustros que lleva de alcalde de Roquetas de Mar han sido bastantes las investigaciones judiciales abiertas contra Amat y finalmente archivadas: o bien la oposición, los fiscales y la prensa la tienen tomada injustamente con él o bien simplemente el tipo es muchos más listo que opositores, jueces, fiscales y periodistas juntos. Quienes le conocen bien apuestan por lo segundo, aunque por su apariencia nadie lo diría: pertenece a ese perfil de tipos que están forrados pero de los que nadie lo diría observando su gesto cachazudo, tan amigable, o su reconocible fisonomía rural.

Un largo rastro de titulares

Amat acumula, ciertamente, muchos y muy jugosos titulares pero ningún procesamiento: 'La fiscalía denuncia al líder del PP en Almería por fraude. Un tribunal insta a seguir investigando a Amat. El líder del PP de Almería vendió seis coches a su propio Consistorio. Un juez indaga los vínculos del líder del PP de Almería con 27 empresas. Un ‘pelotazo’ de 4 millones para el hombre fuerte del PP en Almería. La policía investiga un entramado de 103 sociedades vinculadas al presidente del PP almeriense. El líder del PP de Almería dio contratos por más de un millón de euros a su yerno. Las escuchas de la 'Púnica' salpican a Gabriel Amat. Las cuentas b de Hispano Almería reflejan regalos a Amat por 11.085 euros… El líder popular ha dejado tras de sí todos esos titulares, sí, pero también otros como este: 'Archivada la causa contra Amat por el caso Fabriquilla'.

Del mismo modo que está sobradamente demostrado en España y en el mundo que, aunque de vez en cuando se lleven algún sustillo, los ricos son infinitamente más listos que Hacienda y cuando no lo son contratan al tipo de Hacienda que ha sido más listo que ellos, en Almería parece sobradamente demostrado que Amat es más listo que la justicia, que lleva mucho tiempo persiguiendo sin éxito al hombre fuerte del PP en la provincia. ¿El fracaso judicial es porque Amat es inocente o porque la inocente es la justicia?

Sospechosos habituales

En el PP andaluz, en cuya financiación se dice que Amat siempre fue contribuyente nato, no dudan en defenderlo aun sospechando que pisan terreno minado. No están del todo tranquilos. Con alguien que, habiéndose dedicado en cuerpo y alma a la política desde hace más de dos décadas, es dueño o medio dueño de más de un centenar de sociedades con decenas de familiares figurando en ellas nunca puedes estar tranquilo, quién sabe, un día uno de sus contables se cabrea, empieza a piarlas y cualquier sabe dónde acaba todo. Una forma de afrontar el caso Amat es preguntándose maliciosamente: ¿Amat es tan rico porque está en política o está en política porque es tan rico? Otra forma de hacerlo es preguntarse evangélicamente: ¿se puede ser inocente, aun no siendo político, cuando se es propietario de una espesa maraña de empresas? Se puede pero…

Lo llamativo –en términos políticos, no en términos judiciales– no es tanto lo inocente que pueda ser Amat como la cantidad de gente que está absolutamente convencida de que es culpable. A otros políticos igualmente controvertidos les sucedió lo mismo, que estuvieron años y años en la lista de sospechosos habituales de su provincia. Los casos políticamente más parecidos al de Amat por el volumen de personas que sospechaban de ellos serían quizás los del alcalde de Marbella Jesús Gil o el presidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra, que durante largo tiempo fueron siempre más listos que la justicia. Hasta que un día, claro, dejaron de serlo.