Ni 24 horas pasaron de la clausura del 41º Congreso Federal del PSOE y en Andalucía empieza a desatarse un terremoto. Juan Espadas, que presidió el cónclave socialista, entendió dicho mandato como gesto de un respaldo que en público nunca existió. Ni Pedro Sánchez ni nadie de su núcleo duro se mojó con una ratificación al ex alcalde de Sevilla. Tanto es así que, al margen de intervenciones que dejaron más dudas que luces, incluso ha perdido peso específico en la ejecutiva federal del partido, donde hay presencia de la delegación andaluza pero de perfiles que no han mostrado su apoyo público al líder del PSOE-A. Una lucha intestina que arroja nuevas cartas al tablero de juego, que dirimirá el camino a elegir en la compleja dicotomía que se le presenta al partido.

El senador y líder del PSOE-A esperaba un camino despejado el lunes siguiente al Congreso Federal, pero nada más lejos de la realidad. Lo que se antojaba como un camino de rosas a la reelección queda en cuarentena. Se eligió a Espadas como presidente del cónclave socialista, otorgándole un papel protagónico durante el mismo como deferencia a la delegación más importante del partido. Sin embargo, esa elección no está acompañada -al menos a primera vista- de una ratificación como secretario general de la sucursal socialista en Andalucía.

El presidente del Gobierno tuvo mención expresa para Andalucía, vaticinando un triunfo cercano en una tierra prominentemente roja hasta la llegada de Juanma Moreno Bonilla y tras más de cuatro décadas al frente de la Junta. Aquellos años de idilio con los andaluces pasaron, mientras se abría la puerta a un periodo más oscuro, con un PSOE-A no es capaz de remontar el vuelo. Pero a nivel orgánico, la situación es aún más engorrosa, pues Espadas ya no tiene el control total del partido y hay figuras potentes que empiezan a alzar la voz contra la mano blanda del exalcalde sevillano, reclamando un perfil de mayor potencia o, en su defecto, proyección.

En el filo de la 'Espada'

Si antes del cónclave de este fin de semana ya hubo dirigentes que se salieron por la tangente a la hora de dar su apoyo expreso a Espadas, después la situación ha empeorado para un Espadas que ni tan siquiera recibió el respaldo del secretario general del partido. Sánchez no verbalizó su apoyo en público y tampoco en privado. En ese sentido, al igual que la estructura orgánica de la formación, se han mantenido al margen tanto para bendecir a Espadas como para plantear una alternativa. Pero en el intestino del socialismo andaluz, se mueven corrientes en esta misma dirección.

Lo cierto es que hay líderes territoriales en el PSOE-A que han evitado mojarse. Cádiz y Córdoba no lo  hicieron antes del cónclave y, de hecho, durante el mismo, tanto la delegación de Jaén, como la gaditana y parte de la sevillana quedaron desconcertados por la intervención de Espadas durante el acto de apertura oficial del Congreso. Llamativo resulta el caso de la formación en Sevilla, cuyo líder y presidente de la Diputación se limitó a dar a Espadas como candidato por “el momento”, aunque ha ido modulando el tono hasta verbalizar que apoya al ex alcalde hispalense. Aunque tal ratificación iba acompañada de una muletilla: “Yo apoyo a Juan Espadas, con todos los ajustes que haya que hacer”. Mensaje críptico en medio del terremoto.

Palabras que resuenan con más volumen cuando se comparan con las que verbalizó a luz y taquígrafos el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes: “Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente”. Este y el pronunciamiento de su homólogo sevillano, Javier Fernández de los Ríos -crucial para cualquier movimiento interno-, se encuadraron en el tiempo posterior al discurso desconcertante de un Espadas que también descolocó a sus propios cuadros.

A este clima tampoco ayuda que ni el reelegido por cuarta ocasión secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ni otros resortes del partido no hayan afilado punta para suscribirse a la candidatura de Espadas y seguir liderando el PSOE-A. Sánchez, como hace Ferraz, evita cualquier pronunciamiento en el sentido de Espadas o en el contrario. Se mantienen al margen. No obstante, el presidente del Gobierno ya advirtió que necesitan “gobiernos progresistas en Sevilla y Andalucía”. Es más, incluso se produjo una reunión fuera de los focos entre ambos cuyos actores transmiten una sensación dispar. Si bien Espadas creía que salía reforzada, otra parte piensa que existía demasiada tensión en el ambiente.

A todo ello, cabe sumarle la pérdida de peso específico en el núcleo duro de Sánchez. La nueva ejecutiva anunciada por Sánchez deja fuera de juego a la malagueña Mari Nieves Ramírez, que hasta el domingo ocupaba la Secretaría de Políticas Sociales. Borrada del mapa sin dejar rastro en absoluto. Una salida que, sin embargo, da cabida a dos movimientos más en clave andaluza, pero cuya lectura se extrae desde el punto de vista de afinidad a Sánchez. De hecho, los dos nuevos miembros contarán con un puesto de responsabilidad al respecto: el alcalde de Cártama (Málaga), Jorge Gallardo, y Anabel Mateos.

La quiniela

Hay que seguir contando con la candidatura de Espadas, que independientemente del mal momento que pasa a escala interna, mantiene a una parte del PSOE-A que considera que es el candidato perfecto para coser el partido y evitar que se desmorone. Sin embargo, los críticos al ex alcalde de Sevilla ya empiezan a agitar las quinielas en busca de un nuevo perfil; una figura capacitada no ya para sostener sólo al partido sino para presentar batalla real a un Juanma Moreno cuya gestión provoque que se descabalgue de la absoluta.

El propio presidente de la Diputación de Sevilla, Fernández de los Ríos, sonaba con fuerza para presentar candidatura, aunque las mencionadas declaraciones de este lunes en un foro del diario La Razón lo dejarían sin opciones. A su vez, emergen otros nombres de andaluces ilustres y con mando en plaza en el organigrama del PSOE a nivel estatal.

El primero que sale, como en todo proceso de primarias de los socialistas andaluces, es el de María Jesús Montero. La vicepresidenta primera goza del predicamento del secretario general y presidente del Gobierno, y también de una inusitada aceptación entre la ciudadanía. Un perfil potente que remarcaría la estrategia a la que ha recurrido Sánchez para este tipo de cosas: la opción ministro. Salió bien en Cataluña y queda en el aire la implantación en otra comunidad, pero podría arrastrar a infinidad de votantes que se quedaron en el centro o en la abstención.

Pero no sólo de Montero vive el hombre y menos el andaluz medio. Emerge en la terna otro nombre, quizás más desconocido para el gran público, pero con un peso considerable en la Ejecutiva. Se trata de Juan Francisco Serrano, exalcalde de Bedmar y Garcíez (Jaén), diputado nacional y número dos de Santos Cerdán al frente de la Secretaría de Organización, de las más importantes áreas de la estructura socialista. Un cargo al que accedió en el año 2022 y que, a su vez, retiene en esta nueva edición saliente del 41º. Su perfil gusta en Andalucía y podría llegar a sonar hasta como favorito, pero primero hay que desenredar la maraña de Espadas y para eso queda una larga espera, hasta que llegue el 23 de febrero, fecha en la que se celebrará el congreso regional.