Salvo en los difíciles años de 2008 y 2009 en que subió, en toda la serie histórica nacional desde 1996 el paro siempre ha bajado en el mes de abril. El dato conocido ayer de la evolución del desempleo el mes pasado confirmaba esa tendencia estadística: el paro registrado en abril bajó en 91.518 personas en España y en 26.225 en Andalucía, con lo que la cifra de desempleados en nuestra comunidad se queda en 779.094.

En ambos casos, los expertos atribuyen la mejora del empleo a la Semana Santa, pues no en vano el grueso de los contratos firmados fue en el sector servicios. Nada nuevo, pues, bajo el sol estacional de la estadística.

El discurso

Lo novedoso de ayer no estuvo en los datos estadísticos, sino en la desahogada interpretación política que hizo de ellos el Gobierno andaluz y el Partido Popular.

Para su número dos, Loles López, está clarísimo: “La bajada del paro en Andalucía es consecuencia de las medidas del Gobierno de Juanma Moreno” que, al contrario que Susana Díaz, está creando “confianza, frente a la desconfianza que antes tenía la gente porque no se fiaba de a dónde iba el dinero público”.

Y de modo muy parecido opina el propio presidente Juanma Moreno, para quien que los buenos datos del paro registrado en Andalucía en el mes de abril demuestran que “el cambio en nuestra comunidad funciona y está generando confianza, lo que se traduce en nuevas y en mejores inversiones de empresarios que dan lugar a nuevas oportunidades y a la creación de empleo”.

El choteo

El discurso triunfalista del Gobierno andaluz era acogido con indisimulado choteo por responsables socialistas como el exconsejero de Hacienda Antonio Ramírez de Arellano, que en su cuenta oficial de Twitter interpretaba así el ‘milagro’ de Moreno: “La cosa tiene mérito, dado que no han tomado ninguna medida que afecte al empleo. Interesa para las facultades de Economía”.

El PP no solo se atribuye las buenas cifras del empleo pese a haber celebrado su primer Consejo de Gobierno el pasado 25 de enero y no haber empezado a adoptar medidas económicas hasta varias semanas después y cuyo efecto sería, lógicamente, a medio plazo.

Cuando la situación política ha sido la contraria, que deja el Gobierno y quien lo ocupa es otro partido, el sistema de medidas del PP era justo el contrario: en enero pasado se atribuyó “toda la creación de empleo” de España en 2018, pese a haber ocupado el Gobierno los cinco primeros meses y ser sustituido por el PSOE en los siete siguientes.

Y hace solo unas semanas, la consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, más bien desdeñaba los buenos datos de paro logrados por Andalucía en 2018. "No caigamos en "triunfalismos", decía para recalcar seguidamente que, pese a la fuerte reducción de 2018, la tasa andaluza todavía era 7 puntos mayor que la española.