El hecho sucedió en junio del año 2002. Ostentando la presidencia del Colegio de Médicos de Córdoba el actual consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, la entidad nombró Colegiado de Honor al arcángel San Rafael, patrono de la ciudad.

¿Y por qué tan alta distinción? Para premiar “sus actuaciones en pro de la salud de los cordobeses” desde la “noche de los tiempos” y su decidido “apoyo al colectivo médico en epidemias de fiebre amarilla, cólera y tifus”. La idea era, en definitiva, “unir la medicina de Dios y la de los hombres en beneficio de la salud de los cordobeses”.

Todo queda en casa

Según recogieron las crónicas periodísticas de entonces, entre ellas la firmada por María Hernández Martí en El País, al santo le fue impuesta una medalla de oro en un solemne acto anunciado en estos términos por la piadosa entidad médica: San Rafael será “el protagonista de un discurso-panegírico que glosará su benéfica labor sanitaria y asistirá a una misa oficiada por el obispo de la diócesis centroafricana de Bangassou, con la participación de personalidades sanitarias, cofrades, políticas y sociales de Córdoba”.

El obispo de Bangassou era entonces el misionero comboniano Juan José Aguirre, hermano del presidente del colegio, más tarde senador del PP y hoy flamante consejero de la Junta de Andalucía Jesús Aguirre.

La curación de Tobías

Aguirre –el médico, no el obispo– justificó entonces la distinción en que “ya desde el siglo II antes de Cristo se manifestó el poder de curación del arcángel, cuando hizo posible que el joven Tobías sanase la ceguera de su padre utilizando la bilis del pez”.

En opinión del devoto galeno, había llegado la hora de preguntarse seriamente “por qué el médico tiene que acogerse sólo a lo científico y rehuir lo esotérico (…) quizás ahora –se lamentaba– nos encontremos en un punto demasiado científico'.

Transcurridos 17 años, se desconoce si obra en poder del Colegio de Médicos alguna estadística sobre la evolución de la salud de los cordobeses desde aquel lejano 2002, con objeto de certificar científicamente los benéficos efectos del nombramiento del arcángel como médico de honor.