La Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), dependiente de la Junta de Andalucía, tenía programado para este jueves 3 de junio el lanzamiento forzoso de una familia de una familia almeriense. Se trata de una vivienda modesta, de protección oficial de promoción pública en Plaza Mula de Almería, cerca de la zona denominada “Regiones devastadas”, un nombre tristemente apropiado para lo que ha sucedido. Cerca se halla la Catedral almerienses donde, con toda seguridad, paradójicamente sus feligreses rezarán todos los días para que los pobres no carezcan de vivienda ni niños pequeños se vean abocados a tener que dejar sus casas y quedarse en la calle, la puta calle.
En la casa habitada hasta hoy, vivía una madre junto con sus cuatro hijos con edades comprendidas entre los 10 años y los 11 meses. Un aviso de la Junta de Andalucía les advertía de que tendrían que abandonar la vivienda. Esa dura, cuando no cruel medida, no albergaba ni recogía alternativa habitacional alguna. La familia, nos comentan, intentaba llegar a un acuerdo pidiendo solamente una moratoria de uno o dos meses. Se hallaban buscando una solución al problema y esperaban que en los próximos días hallasen un lugar donde residir y no verse en la calle los seis miembros de la familia. Esta petición se la trasladaron a la Junta de Andalucía. Los días pasaban y la solución no llegaba.
Desalojo por sorpresa un día antes
Y por sorpresa, en la mañana de este miércoles, un día antes de la fecha prevista para el lanzamiento, dos técnicos de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía se han presentado en su casa y le ha indicado a la familia que tenían que desalojarla. Según informaciones recabadas por ElPlural.com “han amenazado a la madre de los niños con llamar a la Guardia Civil”. La familia va a denunciar por coacciones.

Y el desalojo se ha producido y como muestra el documento que la madre ha tenido que firmar “renunciando a cuantos derechos les pudiera corresponder” sobre la vivienda. Es decir, han sido desalojados y ya están, desde un día antes, con las pertenencias dentro y en la calle… en la puta calle.
La situación es que el anterior beneficiario del piso les dejó la vivienda al irse a Barcelona y esta familia se la pedía a la Junta de Andalucía pero no se la concedían. Ante ello estaban buscando otra vivienda a la vez que intentaban que le adjudicaran esa. Nos asegura que la familia “pagaba” y que no dieron ninguna patada a la puerta”.
Carta y vídeo de la niña
De nada han servido las súplicas que Carmen, la hija mayor del matrimonio, escribía una carta al alcalde de Almería y a la gerente de la Agencia Pública de la Vivienda en una especie de SOS de ayuda y de angustia. De nada sus ruegos agónicos que colgó en Facebook en un desesperado intento por retrasar el desalojo. Por cierto, la inserción ha desaparecido de esta red social tras el desalojo pero guardamos copia.
La petición de Carmen es de un enorme dramatismo. A la niña le gusta escribir, se entretiene expresando sus sentimientos en relatos que luego le lee a su madre o se graba ella misma en vídeo. Últimamente, y consciente de la mala racha por la que pasa su familia, los relatos mayoritariamente son reivindicativos, como si de una activista adulta y convencida se tratara. Sus reflexiones son inauditas para una niña de esa edad y muestra una enorme madurez. Carmen es temperamental, luchadora y tiene claro que los derechos son para disponer de ellos; que la palabra de un alcalde debe tener un mínimo de valor y no se puede tolerar que el primer edil de la capital vaya repartiendo falsas esperanzas por la calle. En el vídeo asegura que el alcalde del PP en Almería, Ramón Fernández Pacheco, les había prometido solucionar el problema que les acuciaba en relación al desalojo.
Carmen apeló por todos los medios a la gerente de la Agencia de Vivienda de Almería, María Muñiz, “cristiana practicante” y vinculada al Opus Dei. Basándose en la fe que esta responsable política profesa la niña le pide un poco de compasión y que tome alguna medida que permita a su familia no verse en la calle cuando en cuestión de semanas todo puede estar solucionado y pasar página de una triste pesadilla del pasado.
Una agencia sin compasión con los vulnerables
No es la primera vez que la Agencia pública andaluza de la Vivienda de la Junta de Andalucía arremete contra familias vulnerables en Almería. Esos titulares del día 4 de febrero de 2021 en Diario de Almería, señalaban a la empresa gestionada por la señora Muñiz: “El Defensor del Pueblo pide suspender el desahucio de una mujer con cinco hijos de una vivienda pública en Almería”. “El lanzamiento de la familia, en riesgo social y con orden de alejamiento del padre, está previsto el día 21”.
Ignoran al Defensor del Pueblo
El propio Defensor del Pueblo andaluz se vio obligado a intermediar urgiendo a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Almería a que se coordinasen para suspender el desalojo de una familia en situación de riesgo social que reside desde hace cinco años "sin título habilitante" en un inmueble gestionado por la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) hasta que se encuentre una alternativa habitacional para ella.
Pero la voz de Carmen, el grito desgarrador, el SOS de ayuda no ha servido para nada. La historia se ha anticipado un día, como a traición. La comisión del desalojo se ha presentado un día antes de la fecha de lanzamiento y los han amenazado con llamar a la guardia civil para que les entreguen las llaves. Eso ha ocurrido tan solo hace unas horas en la mañana de este miércoles 2 de junio”. Finalmente se han quedado en la calle y con todas las pertenencias dentro. Triste final el día en el que Carmen, una niña de 10 años, dice que “comienza el día más duro de mi vida. En la puta calle y otros rezando cerca de allí, en la catedral.