Las calles andaluzas están de enhorabuena. Muros desconchados, traseras de edificios oxidadas por máquinas de aire acondicionado y las tapias húmedas tienen un futuro mejor. El arte urbano está en plena forma. Ya sea por el talento de los artistas sureños, porque el buen tiempo ayuda a vivir la calle y, por lo tanto, a crear en ella, lo cierto es que Andalucía es potencia mundial en arte urbano.

Lo confirma el teléfono de artistas andaluces que no para de sonar, lo confirma la sana competición interna de la Liga Nacional del Graffiti y, sobre todo, a nivel internacional, lo acaban de confirmar los Street Art Cities, una plataforma de encuentre del graffiti y el mural urbano de todo el mundo que ya en 2022 encumbró a un español, el gallego Diego AS.

“Nunca pensé que podría estar ahí”, explica a ElPlural.com la artista urbana María Die, que tienen el récord de ser la única finalista en la Liga Nacional del Graffiti y en el Street Art Cities, unos premios relativamente nuevos pero con reconocimiento internacional, “y encima con el apoyo del público, es una barbaridad”.

María Die (1988) es una sevillana afincada en Granada que vive con la maleta a cuestas. Su trabajo como muralista lo complementa con el de tatuadora. “Las personas pueden venir a mí a que les tatúe, pero los murales no viajan”, en el último año ha pintado en México, Nueva York, Chile, Alemania, Italia y por toda España; Castellón, Barcelona, Vigo, Almería y un largo etcétera…

Su trabajo en Linares, de mano del equipo Rampa que implica a otro peso pesado del arte urbano, el también andaluz Belin, la ha proyectado más aún a nivel internacional. La plataforma Street Art Cities tiene votaciones mensuales entre propuestas artísticas de todo el mundo. Los tres primeros de cada mes son nominados al mural o graffiti del año en tres categorías diferentes: mejor mural, el más impactan ante y el más innovador. María Die y su ‘Open Mind, Open Eyes’ concurren en el primer grupo.

Andalucía en lienzo y muro

La muestra Street Art Cities reúne a 100 murales realizados en 30 países, 29 de esas obras están realizas por artistas patrios y tres tienen impronta andaluza. Junto a María Die están también el sevillano Fabián Bravo Guerrero, Kato o el cordobés Sake Ink, por sus trabajos en Fuengirola (Málaga) y Castro del Río (Córdoba).

“No quiero decir que los andaluces seamos más talentosos o mejores, pero tenemos otra manera de vivir la calle”, nos dice el malagueño Hide2, otro de los referentes nacionales. Argumenta que el buen tiempo da más facilidad para crear en exterior, algo esencial en un arte que nació en las calles en los 60 estadounidenses y que cobró fuerza en España en los 90. Inicialmente ligado a reivindicaciones juveniles o gamberras, hoy es un elemento artístico más.

“Claro que ha habido una evolución positiva, hay una aceptación general, incluso estamos presentes en espacios interiores y somos un reclama para marcas y empresas publicitarias”, reflexiona María Die. En esta expansión de lo marginal a las galerías de arte internacional han jugado un papel esencial redes sociales como Instagram, “aunque la obra, como mejor se cuenta, es en la calle, en su contexto”.

Imagen de graffiti

Por su parte, Hide2 admite el momento dorado del arte urbano, pero reclama más tiempo para que sea aceptado y entendido en su totalidad, ya que hay matices diferentes entre murales y graffitis.

A pesar de ser un artista reconocido y contratado por Netflix o El Corte Inglés entre muchos otros, sigue teniendo que soportar “malas miradas o insultos” cuando empieza sus obras, “la gente sigue viendo las obras de letras –más clásicas en el mundo del graffiti– como una gamberrada, en cambio el mural figurativo está más aceptado; pero lo mismo le pasó a Monet cuando empezó a crear, hace falta tiempo”.

Lo que no cabe duda es que el arte urbano ha adoptado un rol mucho más determinante en el abordaje de problemáticas sociales. Uno de ellos, está en influir en el espacio público para revalorizar y dignificar zonas desfavorecidas. “Esa tendencia es muy evidente en América Latina, en México vengo de realizar un trabajo que trata de sensibilizar y enriquecer a toda la sociedad desde el acercamiento a la cultura”, explica María Die.

También se han convertido en un reclamo para zonas rurales que usan el reclamo artística para luchar contra el vaciamiento o para sacar el arte más selecto a la calle, como hizo este verano el Museo Thyssen de Málaga, que publicitó su exposición permanente mediante la reinterpretación de dos célebres graffieteros –Lalone y Nesui–  el cuadro Días de verano del artista Vicente Palmaroli. Así que ya sabes, la próxima vez que veas a tu hijo pintorrejear la pared del salón no enfurezcas, estás batallando contra un talento en potencia.