Las grietas que habían permanecido ocultas en el edificio de Adelante Andalucía son cada día más visibles. Será difícil para los seguidores de Teresa Rodríguez, por una parte, y de Izquierda Unida y el sector mayoritario de Podemos, por otra, evitar la ruptura del proyecto fundado hace dos años por Rodríguez y el entonces líder de IU Andalucía, Antonio Maíllo.

El sucesor de este, Toni Valero, no ve las cosas de la misma manera. Tal vez porque, como le reprochó ayer la portavoz parlamentaria y persona de confianza de Teresa Rodríguez, Ángela Aguilera, “él no estuvo en esas negociaciones ni en la configuración de Adelante". En las luchas orgánicas, personalizar los reproches no suele presagiar nada bueno.

La portavoz adjunta de la confluencia también afeó a Valero su “falta de respeto” a las dos pequeñas formaciones nacionalistas que también forman parte de Adelante: Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza.

Aguilera criticaba que Valero hubiera identificado Adelante únicamente con IU y Podemos, olvidando a los partidos que lideran Pilar Távora y Pilar González, esta última designada senadora por Andalucía en sustitución de Esperanza Gómez cuando esta dejó el escaño para incorporarse al nuevo partido fundado por Íñigo Errejón.

Lo que dijo exactamente Valero fue que "Adelante existirá como tal si Podemos e IU están y, si no, será una marca blanca de otra cosa". También reiteró su apoyo al Gobierno nacional de coalición y defendió una relación federal, nunca confederal, entre Andalucía y Madrid.

Para Rodríguez y los suyos, tal y como explicitó ayer Aguilera, lo defendido ahora por IU supone “un viraje” en toda regla con respecto a “las actas fundacionales” de Adelante, según las cuales se trataba de crear “un sujeto político andaluz y no subsidiario” con respecto al PSOE.

"Cuando se creó Adelante Andalucía –remachaba no sin razón la portavoz–, las posiciones estaban claras, y nosotros seguimos con nuestras posiciones meridianamente claras, otros han virado".

El cambio, en efecto, se ha producido, pero no hay acuerdo sobre a quién hay que atribuirlo: si a las personas o a las organizaciones. Toni no es IU, parecen decir los de Rodríguez; Teresa no es Podemos, parecen replicar los de Valero.

A la postre, los números decidirán: en política, gana quien suma más votos, sean estos de los ciudadanos o de los afiliados. Y, al menos por ahora, todo indica que los números no le son propicios a Rodríguez.