1. El PP ha venido y nadie sabe cómo ha sido

Amarga primavera para la izquierda. Terremoto político en el sur a dos días de la llegada de un verano precedido de altísimas temperaturas impropias de estas fechas. Tan impropias como parecía serlo una victoria de la derecha de la amplitud y profundidad certificadas anoche por las urnas. Cambio climático en la biosfera y cambio de ciclo en la política andaluza. El PP se convierte en el nuevo PSOE y el PSOE queda arrinconado al lugar subalterno que durante décadas ocuparon los populares. La derecha ha venido y nadie sabe cómo ha sido. La gran asignatura que debe ahora estudiar la izquierda tiene este brevísimo nombre: ‘¿Por qué?’.

2. Yo, Moreno

‘Yo el Supremo’ se titulaba la gran novela de Augusto Roa Bastos. ‘Yo, Moreno’ podría llamarse la epopeya firmada anoche por Juan Manuel Moreno Bonilla. Hace apenas tres años y medio le tomaban medidas para el ataúd y hoy son sus enterradores quienes crían malvas. Los 58 diputados del PP, tres por encima de la mayoría absoluta, llevan su firma. Lo de 2018 fue carambola; lo de 2022, mérito. Vestido con los ropajes de Príncipe de la Concordia y Pontífice del Ecumenismo, Moreno ha robado votos a su derecha y a su izquierda. Juanma o el grado cero de la ideología. Anoche dijo que seguiría huyendo de la soberbia, pero le será imposible: la mayoría absoluta es un pack que trae de fábrica el orgullo y la inmodestia. Recuerda, Juan Manuel Moreno, que eres mortal. Imita al prudente Aznar de la mayoría insuficiente de 1996 y huye del tipo insoportablemente soberbio que le tomó el relevo tras la mayoría absoluta de 2000.

3. Salvar al soldado Juan (Marín)

Del todo a la nada. De 21 a 0 en 30 meses. No digo que me lo mejores, solo iguálamelo. Si en 2018 Juan Marín merecía menos de lo que finalmente consiguió, en 2022 merecía mucho más que el humillante cero patatero de anoche. ¿Habrá operación Salvar al soldado Juan? ¿Le buscará Moreno un destino institucional en pago por los servicios que Juan le ha prestado durante tres años y medio sin saber que se los estaba prestando? Desde luego, con su mayoría absoluta el presidente tiene margen para hacerlo. Debería, en tal caso, buscarle un destino discreto pero bien remunerado, más bien periférico y alejado de los focos. En materias tan delicadas las formas lo son todo.

4. Salvar al soldado Juan (Espadas)

En el Partido Socialista de Andalucía todavía no se habla de dimisiones, aunque aisladamente y a título personal ya lo hiciera anoche mismo Luis Ángel Hierro, que concurrió sin éxito a las primarias en las que venció Juan Espadas, cuya victoria de entonces obedeció en gran medida al hecho de contar con la protección del primo de Zumosol con plaza fija en Ferraz y residencia provisional en la Moncloa. Tras la debacle, el comandante Pedro intentará salvar a su soldado Juan, pues no en vano él fue quien lo encumbró como delegado plenipotenciario en los territorios del sur. Pese a lo abultado de la derrota, no es probable que Juan Espadas caiga: al PSOE andaluz no le quedan fuerzas para involucrarse en una nueva guerra civil. Con una ya tuvo bastante. Pese a ello, Espadas debería ser consciente de que, aunque luzca legítimamemnte los galones de secretario general, todavía tiene que merecer el puesto: las insignias y medallas que conquistó en las primarias quedaron ayer reducidas a polvo, niebla, sombra, nada.   

5. ¿Pero qué dices, Adriana Lastra?

El derrotado secretario general socialista Juan Espadas habló anoche y lo hizo con dignidad. “Hablo con la autoridad que me da el fracaso”, escribió el gran Fitzgerald. Juan no dijo todo lo que había que decir, pero lo que dijo había que decirlo. También habló la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, que desgranó un rosario de excusas infantiles y acusaciones obtusas para explicar la humillación sufrida por su partido. Muchos socialistas no daban crédito a lo que escuchaban. Queriendo minimizar la derrota, las palabras de Lastra hicieron todo lo contrario: dar la exacta medida de su pavorosa magnitud. Adriana hizo anoche lo peor que puede hacerse en noches de goleada: culpar al árbitro, al césped, a la grada, al clima, al calendario…

6. Olona de Graná, Macarena de Na

El 19-J despejó limpiamente la gran incógnita que se cernía sobre el horizonte no ya político sino institucional de Andalucía: ¿qué pasaría con Vox?, ¿cuál sería su relevancia?, ¿entraría Macarena Olona en la Junta?, ¿'Alien el octavo pasajero' reptando sigilosamente sobre el cuadro de mandos de la nave Andalucía? Los electores despejaron dudas: Macarena de Graná es desde anoche Olona de Na. Los 14 diputados de Vox, dos más que en 2018, tienen el sabor acre de la ceniza. La mayoría absoluta del PP hunde el precio de la cosecha ultra. Vox concurría a las elecciones como oruga a la que el 19-J convertiría en mariposa y ha sido al revés. Ahora es doblemente larva. Lo que en 2019 estuvo a punto de ser un 'sorpasso' al PP ha quedado en un gigantesco paso atrás. ¿Se puede retroceder habiendo logrado dos diputados más? Vaya si se puede.

7. Teresa se salva sola

El candidato más feliz anoche era, obviamente, Juan Manuel Moreno, pero a la zaga y a no mucha distancia galopaba la amazona Teresa Rodríguez a lomos del corcel de la euforia. La líder de Adelante Andalucía no podía mostrarse exultante por fuera, pero seguramente lo estaba por dentro. Con 170.000 votos y dos escaños, ya tiene chiringuito propio en el Parlamento de Andalucía; sin embargo, su triunfo personal es un fracaso colectivo. Adelante Andalucía era en 2018 un proyecto compartido de Izquierda Unida y Podemos; fracasó. En 2022, es un proyecto personal de Teresa Rodríguez-Rubio Vázquez; aunque su triunfo se escriba con minúsculas, ha triunfado. Aun así, el Adelante de Teresa solo logrará ascender a la categoría de proyecto colectivo el día que su supervivencia no dependa al cien por cien, como ahora, de la persona de su fundadora.

8. Inmaculada Decepción

No merecía Inmaculada Nieto el pésimo resultado cosechado anoche, pero la envergadura del naufragio es de tal magnitud que la flamante coalición Por Andalucía nace más muerta que viva, como las efímeras rosas de Quevedo: rosal, menos presuncion, aún no acabas de nacer y ya empiezas a morir. Si dentro del POE todo es abatimiento, dentro de Por Andalucía todo es decepción. No acaban de dar con la tecla para retener el electorado que un día confió en ellos. ¿Inmaculada es buena parlamentaria pero mala candidata? También se ha dicho de Espadas: buen alcalde pero mal candidato. En realidad, ni para el PSOE ni para Por Adelante había candidato bueno. El problema de ambas formaciones está en otra parte: lo difícil es saber exactamente en cuál.

9. Gana Alberto, pierde Isabel

Desde anoche, Isabel Díaz Ayuso ya no es la que era. Antes del 19-J era Isabel, boca de miel; después del 19-J es Isabel, boca de hiel. Su estilo desahogado, flamencote y camorrista solo triunfa en Madrid. Macarena Olona era su clon andaluz y ha fracasado. Juan Manuel Moreno era su antípoda y ha triunfado. Alberto Núñez Feijóo da la campanada en Andalucía a través de la persona interpuesta de Juanma mientras la princesa del populismo cañí ve truncados sus sueños de convertirse en reina de Génova. El PP mimetizado con Vox pierde terreno. Ahora solo falta que Feijóo no dilapide el capitalito de templanza y moderación reunido por Moreno. ¿Que cómo se hace eso? Pues, por ejemplo y de entrada, aviniéndose de una maldita vez a acordar la renovación del Poder Judicial.