La derecha española siempre ha tenido una especial e íntima vinculación con la Iglesia Católica. Además de la herencia recibida del nacionalcatolicismo del régimen franquista, el alto clero y los políticos conservadores han estado, y están, en comunión permanente.

De todos es conocido que el exministro de Mariano Rajoy y de la Kitchen, Jorge Fernández Díaz, compatibilizaba su filiación como supernumerario del Opus Dei y en la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, con reiterados ejercicios de meditación en el Valle de los Caídos, cerca de donde yacía el Jefe de Estado aficionado a salir bajo palio de determinados actos. Él mismo confesaba (nunca mejor dicho) que su “plan de vida” está muy próximo a la espiritualidad: “ir a misa todos los días, rezar el Rosario, hacer un rato de oración, otro de lectura espiritual...”.

Esta devoción espiritual mezclada con la política también tuvimos ocasión de conocerla en 2012 cuando Fátima Báñez, a la sazón ministra de Empleo con Rajoy, afirmó que se sentía "muy emocionada" por “el regalo que ha hecho la Virgen del Rocío en el camino hacia la salida de la crisis y en la búsqueda del bienestar ciudadano…  no me lo esperaba aunque de la Virgen, un capote siempre llega... ”

El “milagro” de Ayuso en Madrid

Más recientemente a la gestión caótica y errática de Isabel Ayuso contra la pandemia, amén (también nunca mejor dicho) de la inauguración de un hospital sin médicos, sanitarios, UCIS quirófanos, y afortunadamente sin enfermos,  el argumentario del PP le ha denominado como el “milagro” de Madrid. Y así sucesivamente.

Esta costumbre de la derecha, la de confundir política con religión, se ve acrecentada cuando además se creen e intentan hacernos creer que la bondad de las gestiones institucionales, y su presumible éxito, se basan no solo en el acierto de las decisiones políticas sino que además tiene un componente de milagro, de mística divina y de decisión celestial. Para ello, más que adoptar medidas correctas lo que hay que hacer son tres cosas: rezar, rezar y rezar.

En el cupo de delegados de Ciudadanos, pero pertenece al PP

Esa filosofía es la que debe de inundar la labor política de la delegada territorial en Málaga de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía. Mercedes García Paine que así se llama la delegada que dice: “He visto muchos milagros gracias a la oración” y que en su labor política afirma que se comprometió “a luchar hasta el final, pero también se lo encomendé a la Virgen María", fue designada por Moreno Bonilla para esta amplia competencia dentro del cupo de Ciudadanos del consejero naranja Javier Imbroda, aunque en realidad pertenece a la cantera del Partido Popular con el que colaboraba de manera activa anteriormente a su designación.

Encomienda de sus gestiones

La delegada, recientemente, concedió una entrevista a la revista de la Diócesis de Málaga. En ella revela que comienza y acaba su jornada encomendándose a Dios y a la Virgen. Precisamente es a la Virgen a la que atribuye el éxito de su última gestión en favor de los comedores sociales: “Lo puse en sus manos”, afirma.

En la misma entrevista explica como cuando hace unos meses la plataforma de comedores sociales de Málaga le planteó sus reivindicaciones ante la escasez del importe de la subvención aprobada por la Junta de Andalucía, lo tuvo claro: “me comprometí a luchar hasta el final, pero también se lo encomendé a la Virgen María, porque era algo muy difícil de conseguir”. Añade que “Cada gestión que afronto y que sale adelante aunque pareciera muy complicada, se la agradezco a Dios porque sé que algo han tenido que ver mis peticiones".

El Rosario en familia y antes de dormir, la oración al ángel de la guarda

Por último García Paine comentó  a la revista cuáles son sus predilecciones a la hora de la oración. Entre sus oraciones favoritas están el Padre nuestro y el Avemaría, que repite a diario en el rezo del Santo Rosario en familia aunque el Credo: “Yo siempre digo que las personas que creemos sufrimos igual, pero tenemos una esperanza que no tienen los que no creen. Por este motivo, recitar el Credo es lo que me reporta a mí esa esperanza” ¡Ah! y, siempre antes de dormir, jamás olvida su oración al ángel de la guarda.