Ya estamos en la recta final en la organización de la gran manifestación del Orgullo LGTBI Andalucía, que el próximo 23 de junio recorrerá las calles de Sevilla, desde la Diputación Provincial hasta la Alameda, pasando por el centro de la ciudad.

Está siendo un trabajo intenso desde julio de 2017, cuando las entidades organizadoras del Orgullo LGTBI Andalucía, nos reunimos para valorar aquella manifestación y comenzamos a poner las líneas para la de este año 2018.

Solemos decir en la Federación Plataforma Orgullo LGTBI 28-J Andalucía que el Orgullo es un patrimonio colectivo, y que las entidades que participamos en su organización somos tan solo protagonistas transitorios. Desde el mitin promovido por el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) de Andalucía el 25 de junio de 1978, que luego derivó en la primera manifestación por la liberación homosexual que recorrió las calles de Sevilla, muchas han sido las personas y organizaciones que a lo largo de estos 40 años han celebrado en la ciudad de Sevilla el 28-J, conocido actualmente como Orgullo LGTBI: el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA), Somos, Colegas, DeFrente, Federación Girasol, Fundación Triángulo, etc.  

Además de los actos más reivindicativos, en el que sobresale, por ejemplo, la avioneta contratada por Somos que el 28 de junio de 1994 sobrevoló Sevilla con una pancarta en la que se leía Gays y Lesbianas: 25 años con Orgullo”, muchos otros actores, individuales y colectivos, han mantenido viva la llama de lucha por la plena igualdad en la diversidad sexual de las personas homosexuales (gais y lesbianas), bisexuales, trans, intersexuales, binarias y no binarias.

Por eso organizar una manifestación reivindicativa es una responsabilidad enorme.

Desde que la Plataforma 28-J comenzó a organizar la manifestación del Orgullo en 2013, tras unos años donde la mayoría de entidades denunciamos su carácter mercantilista, poco participativo y personalista, el objetivo ha sido potenciar el carácter político y reivindicativo. Por eso se renunció a organizar, tanto antes como después de la manifestación, acciones de carácter lúdico o festivo.

La función de la Plataforma 28-J, devenida en Federación con personalidad jurídica propia desde 2017, es convocar la manifestación, fijar día, hora, recorrido, lema y manifiesto. Bajo el nombre del Orgullo se han agrupado muchos tipos de acciones, pero la nuestra, la de las entidades sociales, se circunscriben a organizar lo mejor posible una manifestación reivindicativa.

Así ha ocurrido hasta ahora, donde, año tras año, ha aumentado la participación y el activismo, hasta las más de 50.000 personas participantes en 2017, cuando la mayoría de los grupos municipales como IU, Participa Sevilla, Ciudadanos y PSOE, asistieron junto con sus partidos en pancartas reivindicativas. El año pasado fue fantástico vivir desde la cabecera la participación activa de centenares de jóvenes, la mayoría mujeres, donde se desgañitaban coreando consignas en defensa de las personas LGTBIQ+.

Una manifestación que cierran lo que se llaman “carrozas”, plataformas de vehículos pesados de organizaciones sociales, administraciones y empresas, que ponen color, música y vistosidad. La participación de estos vehículos ha sido criticada históricamente, pero hay que reconocer que se han convertido en una de las especificidades de las manifestaciones LGTBIQ+ en todo el mundo, al punto que la recientemente celebrada en La Habana (no sospechosa de mercantilismo capitalista) han incluido “carrozas” en su recorrido, e incluso una conga.

Para Adriano Antinoo lo que define a una manifestación mercantilizada es aquella donde las empresas comerciales condicionan el día, hora y recorrido de la manifestación, su lema o su manifiesto, hasta transformarla en una actividad lúdica o comercial. Este no ha sido nunca el caso de la manifestación del Orgullo LGTBI Andalucía, donde los titulares de las carrozas (entidades, administraciones y empresas) se limitan a solicitar acudir a la misma, sin tener ninguna oportunidad de influir de ninguna manera en su contenido político-reivindicativo.

Este año, dentro de ese proceso de evaluación realizado en 2017, se ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca, y se ha incluido la obligación de los vehículos pesados que participen en la manifestación, de incluir algunos de los lemas reivindicativos propuesto por la organización.

Otra de las decisiones adoptadas para 2018 es ampliar el Manifiesto que marca el objetivo político de la manifestación, que además se ha abierto a otras organizaciones, para que reflejen las demandas diversas del movimiento. Las personas intersexuales y no binarias, las personas LGTBIQ+ mayores o del mundo rural, las demandas laborales, etc serán algunos de los aspectos incluidos en el manifiesto.

Por último, a la espera de ir cerrando más cuestiones organizativas, otra seña de identidad del Orgullo LGTBI Andalucía de 2018 será la cesión del protagonismo de la Junta Directiva de la Plataforma en favor de todas las personas víctimas de la Ley de Vagos y Maleantes y de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, históricos militantes del movimiento LGTBIQ+ andaluz, y refugiadas provenientes de países que nos humillan y persiguen, en momentos claves de la manifestación.

Será, como ha venido siendo hasta ahora, una manifestación reivindicativa, abierta, festiva y horizontal, sin exclusiones, a la que están invitadas todos, todas y todes aquelles que piensan que no hay libertad sin la plena autodeterminación de la identidad, el género, la expresión y la orientación sexual.

(*) Pablo Morterero Millán es presidente de la asociación Adrianok Antinoo.