Si algo ha quedado claro tras  los resultados del 20-D es que las posibilidades de formar Gobierno se muestran complicadas para todos. A Mariano Rajoy, el candidato de la lista más votada, no le basta con el apoyo o la abstención de Ciudadanos, necesitaría también que el PSOE no vote en contra si quiere ser investido en segunda vuelta.

Según publica este miércoles el diario El País, Rajoy habría intentado a la desesperada un pacto in extremis con el líder del PSOE para garantizarse su abstención: estaría dispuesto a aceptar una reforma constitucional y premiar al PSOE con la presidencia del Congreso. El diario de Prisa añade que estaría dispuesto a reformar el artículo 135 de la Carta Magna para blindar el Estado del bienestar.

El PSOE, sin embargo, ha negado haber recibido tal oferta. Pero lo más llamativo de este asunto es que el propio Gobierno, que no el PP, se apresuró a desmentir la información a través de un comunicado del Ministerio de la Presidencia. Una vez más, el ahora presidente en funciones del Ejecutivo, pone las instituciones del Estado al servicio de intereses partidistas.