Se resistió a dimitir, pero no le quedó más remedio. Imputado por el caso Auditorio, ahora la justicia también le investiga por la Púnica. El presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez se resistió a dejar su cargo, a pesar de haber prometido que dimitiría si es imputado.  Tardón 50 días en hacerlo. Este fue el camino:

Cuando hacía promesas al aire y llegó la primera imputación

La historia de esta cronología comienza con un repaso por la hemeroteca y un vídeo que muestra unas palabras que quizás, ahora, Pedro Antonio Sánchez desearía no haber pronunciado.

“Si al final la justicia dictaminara una imputación por el caso auditorio, yo dimitiría porque cumplo lo que firmo”, dijo. Y es que, el 22 de junio de 2015, Sánchez llegaba a la presidencia de la Región de Murcia aupado por Ciudadanos a cambio de firmar una serie de condiciones. La primera: “Separar de inmediato de cualquier cargo, público o de partido, a imputados por corrupción política hasta la resolución completa del procedimiento judicial”.


 Ya por entonces planeaba sobre su figura la sospecha de adjudicaciones ilegales y una posible imputación por el caso Auditorio cuando era alcalde de Puerto Lumbreras. Una imputación que acabó llegando en 2017. Concretamente, el 6 de marzo de este año, Pedro Antonio Sánchez, entraba al Palacio de Justicia para declarar como investigado (anteriormente imputado) por presuntos delitos de prevaricación, malversación, fraude y falsedad.

Relevan al fiscal que le investigaba

Tras su imputación, se produjo una de las sustituciones más llamativas dentro del ámbito judicial: el fiscal superior de Murcia, Manuel López Bernalfue relevado del caso que investigaba al hasta hoy presidente murciano.

Es cierto que su salida fue una de las muchas que se produjeron en la Fiscalía, pero también lo es que días después, tal y como recogimos en ELPLURAL.COM, denunció “intimidaciones” para favorecer a cargos públicos con causas abiertas. “La Fiscalía de Murcia ha sido la que más asuntos de corrupción ha sacado de toda España”, dijo.

El PP y su apoyo incondicional

Y aunque algo olía mal, el Partido Popular seguía teniéndolo claro: aunque había firmado con Ciudadanos unas condiciones para la investidura de Rajoy y la primera era la dimisión de los imputados, aunque públicamente alardeaban de tener tolerancia cero contra la corrupción; iban a seguir defendiendo a Sánchez. Génova, mantenía que el caso de Murcia no afectaba al pacto con Ciudadanos porque es de ámbito nacional y no regional. Pero no todos lo veían así.

Fue entonces cuando el antecesor de Sánchez, Alberto Garre, salió y anunció que dejaba el Partido Popular tras más de 30 años de militancia. ¿Por qué? No podía seguir tolerando que Mariano Rajoy “enterraba la corrupción”.


Y aunque el PP seguía mirando para otro lado, el PSOE presentó una moción de censura.

Y llegó la segunda imputación: Púnica

Y llegamos al 26 de marzo de 2017, día en el que ELPLURAL.COM accedió al sumario de la pieza separada de la trama Púnica en Murcia. La Guardia Civil tenía cercado a Sánchez por “delitos de fraude” gracias a numerosos pinchazos telefónicos, documentación digital, correos electrónicos y mensajes de móvil.

Finalmente, un mes después de ser imputado por el caso Auditorio, el juez Eloy Velasco pedía su imputación por la Púnica murciana por presuntos delitos de cohecho y fraude “en la contratación pública” por adjudicar a la trama, y con dinero público, trabajos de reputación a favor de Sánchez.

De la calma tensa…

Este lunes todas las alarmas saltaban: la tensión interna en el PP era máxima y la situación de Pedro Antonio Sánchez en la presidencia de Murcia insostenible.

El portavoz de C´s Murcia volvió a exigir su dimisión calificándole como “un presidente indigno” y el PP cambiaba su discurso: “Si hay algún cambio en relación a la situación procesal del presidente de Murcia podremos cambiar nuestra opinión, pero hoy por hoy sigue siendo la misma", dijo Pablo Casado.

… a la dimisión por “el bien de Murcia”

A las 11:00 de la mañana de este martes, 50 días después de que prometiera hacerlo y con dos imputaciones a la espalda, Pedro Antonio Sánchez dimitía para, según ha explicado evitar un “tripartito” en Murcia. No por sus supuestos delitos de corrupción.

“Está en mi mano una justicia mayor, que es condenar a Murcia”, “Me quita el sueño un tripartito”o “en 48 horas ese tripartito puede ser una realidad” han sido algunas de sus palabras.

 

Y mientras que las redes sociales reaccionaban con mensajes como el de Gabriel Rufian, que aseguraba que "sólo queda por saber a qué eléctrica irá y por cuánto ganaría el PP las elecciones en Murcia", el PP seguía calmado y presentando al sustituto en Murcia:  Fernando López Miras, un millennial de 33 años que entabló una gran amistad con el que puede ser su predecesor. Además, formaba parte del núcleo duro que rodeaba al ya expresidente.

 

La cronología termina con dos conclusiones: la dimisión de Sánchez ha llegado 50 días después y es una dimisión a medias. Al no dejar su escaño, se asegura una cierta defensa al seguir aforado.