[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"24451","attributes":{"class":"media-image wp-image-321119 ","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"640","height":"494","alt":"Un hombre se informa sobre la oferta de empleo en diversos pa\u00edses europeos en el Centro de Tecnolog\u00edas Avanzadas. EFE\/Archivo"}}]] Un hombre se informa sobre la oferta de empleo en diversos países europeos en el Centro de Tecnologías Avanzadas. EFE/Archivo
A la vez que hemos conocido los, en un principio, buenos datos del paro y de afiliación a la seguridad social del mes de mayo, también se han publicado las dramáticas conclusiones a las que ha llegado un informe de la Agencia Europea de Derechos Humanos sobre la Explotación Laboral Severa en la UE.
El informe sitúa a España entre los países donde “más frecuentemente” se producen casos de explotación laboral grave, junto con Portugal y Grecia. Se considera que estos casos están generalizados en la Unión Europea pero que la crisis económica ha agudizado la situación llegando incluso a producirse situaciones de verdadera esclavitud.
En España los sectores donde se producen más a menudo estos casos de explotación laboral grave son la agricultura, la construcción, los servicios en los hoteles y el catering, el trabajo doméstico y las manufacturas. También según el informe del organismo europeo, uno de cada cinco expertos ha reconocido a la Agencia que ven dos o más casos a la semana de explotación laboral grave.
Relación directa con la probreza
Aunque el informe se centra en los trabajadores que emigran a la UE o se desplazan dentro de ella, estos casos también se producen en la propia población de los países europeos, especialmente en las personas en riesgo de pobreza y las cuales son más proclives a aceptar condiciones laborales indignas, cómo salarios de un euro por hora o menos y jornadas de 12 o más horas durante seis o incluso siete días a la semana, porque no tienen otra alternativa.
También debido al miedo de las personas que sufren estas prácticas a perder su trabajo, estos delitos no se suelen denunciar y los autores quedan impunes. Ante esto, el informe también reclama una legislación conjunta y más severa para acabar con estos casos, así como inspecciones más exhaustivas y reforzar el acceso de las víctimas a la justicia.