Con todo el empeño que pone el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para eludir "amnistía fiscal" cuando hablaba de su amnistía fiscal resultó sorprendente que en el Congreso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, utilizara sin tapujos esas palabras. Se entendió como un gesto de personalidad ante el ministro, pero ha tardado apenas unos días en rectificar y en matizar sus palabras durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Se adaptó a los titulares
La vicepresidente ha justificado que no hablara de "regularización" como hace Montoro porque en "dos minutos y medio" tenía que ser entendida y mencionó la palabra amnistía porque los medios habrían titulado "como llevan titulando todo este tiempo".
A este respecto, ha admitido que debe ser "rigurosa" por el gremio de su procedencia (abogada) y ha dicho que amnistía es el "olvido legal de delitos".

Insiste en que sospechosos de blanqueo no pueden revelarse
La vicepresidenta ha recalcado que con la regularización de este Gobierno por primera vez se han declarado las cuentas en el exterior, que han permitido identificar unas bases tributarias que han superado "con creces" los 100.000 millones de euros. Pero ha insistido en que los 715 contribuyentes que se acogieron y de los que hay indicios de blanqueo de dinero son confidenciales y están protegidos por el secreto que les otorgó la ley.