[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"29512","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-272421","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"640","height":"448","alt":"El alcalde de Alc\u00e1zar de San Juan, Diego Ortega, saca a hombros al torero An\u00edbal Ruiz."}}]] El alcalde de Alcázar de San Juan, Diego Ortega, saca a hombros al torero Aníbal Ruiz. (Foto del digital Mancha Información)



Los hay bomberos toreros, enanos toreros o Cantinflas toreros, pero hasta ahora no había en los anales de la tauromaquia española alcaldes espontáneos que se echaran emocionados al ruedo para sacar a hombros a un torero. Ese “privilegio”, ese nuevo récord Guinness, lo ostenta desde el pasado fin de semana el peculiar regidor del Partido Popular de la ciudad manchega de Alcázar de San Juan (32.000 habitantes), Diego Ortega, que ni corto ni perezoso decidió saltar las tablas para, a trancas y barrancas, echarse sobre sus hombros los atributos masculinos, resguardados en obligada taleguilla, del torero local Aníbal Ruiz. El alcalde, de nombre y apellido torero, torero, añadía a su polémico currículum ser el primero en algo, además de convertirse en el edil, tal vez, más odiado por los ciudadanos, que en número superior a los 15.000 se manifestaron para pedirle que no privatizara el servicio de suministro del agua, hoy por hoy, a punto de ser entregado a manos empresariales con intereses en el sector.

“Maestro, ¿va bien?, ¿va bien?”
La pasión taurina del alcalde le cegó de tal forma, que el peón de confianza del diestro Aníbal Ruiz no dejaba de preguntarle: “Maestro, ¿va bien?”, ya que observaba como el primer edil no podía “con su alma y los ojos estaban a punto de salirse de sus órbitas”, reconocen a ELPLURAL.COM testigos presenciales de la aventura espontánea del regidor alcazareño. Tanto es así, que Manolo Castellanos, miembro de la cuadrilla de Aníbal, no dejaba de decirle al alcalde que bajara al maestro no se le fuera a caer y darse de bruces contra el albero. Pero no, Diego Ortega aguantó como un jabato para no ser menos que el otro espontáneo, que además de portar al torero Juan José Padilla, llevaba tranquilamente también al hijo de este diestro conocido como “El Pirata”, sobrenombre que le vino tras su grave cogida en Zaragoza en la que perdió el ojo izquierdo.

“El alcalde nos quiere quitar el pan de nuestros hijos”
Lo cierto de todo esto es que la actitud del alcalde pertenece más al teatro de lo absurdo y del esperpento que a la cotidianidad de un representante de los ciudadanos. Si Diego Ortega fue buscando una tarde de gloria, encontró todo lo contrario: la indignación de los alcazareños que vieron como su regidor perdía los papeles, y el cabreo de los espontáneos, que como Curro, un gitano vecino de Huete (Cuenca) torero frustrado que va de plaza en plaza buscando la solidaridad de las grandes figuras a cambio de sacar a los triunfadores a hombros, y que en declaraciones a este periódico no dudó en lamentar la actitud de Ortega: “Estos políticos no saben qué hacer ya para ganar votos, pero a nosotros nos quita el pan de nuestros hijos”. No sólo deja sin trabajo a Curro, también a Cerezo, un curioso espontáneo local que suele sacar a hombros a los triunfadores del mal llamado arte de Cúchares.

Las únicas competencias, las taurinas
Sea como sea, el caso es que el alcalde de Alcázar de San Juan “debería hacerselo mirar”, concreta un miembro de la oposición en declaraciones a esta redacción, al mismo tiempo que nos recuerda que cuando tomó posesión delegó todas sus funciones en el resto del equipo de Gobierno y sólo se quedó para él “las competencias exclusivas de asuntos taurinos”. Aún es más: tan lejos llega su pasión por el mundo cornúpeta que en las ferias del pasado año pidió a la presidencia de la plaza que mandara a un toro al corral, ya que el sobrero lo pagaría él; “bueno, el Ayuntamiento, claro”, concretan las mismas fuentes.

Utilizado para una inocentada taurina
“Diego Ortega debutará con picadores en la Feria de Alcázar de San Juan”, fue el titular elegido por un periódico digital de la zona para gastar a sus lectores una broma el 28 de diciembre de 2012. Una inocentada que contó con la colaboración del alcalde Ortega, quien no tuvo reparos para posteriormente asegurar: "No descarto debutar con picadores, o incluso tomar la alternativa, pero eso de momento no está próximo...”. Mientras tanto, la que fue una “Ciudad Inteligente” por su apuesta por las nuevas tecnologías, una tierra de acontecimientos vinícolas y lugar de paso para todos los amantes del Quijote, es hoy un pueblo sumido en el pesimismo y sin perspectivas de recuperar el tiempo y los logros pasados.