Más impuestos a los más contaminantes
El impuesto de circulación dejará de estar vinculado a la potencia de los vehículos y dependerá de su grado de contaminación, medido por las emisiones de CO2, NOx y partículas, según informan varias agencias de noticias. El cálculo del tipo de gravamen se fijará en función de las diferentes normativas europeas sobre emisiones de los vehículos, y no se tendrán en cuenta argumentos de carácter social. La reforma la realizará la Dirección General de Tributos del Ministerio de Hacienda y la consensuará con la Federación Española de Municipios y Provincias. El objetivo es gravar más a los vehículos que "por su antigüedad, producen mayores emisiones a la atmósfera".
Ingresos para los ayuntamientos
El Impuesto de Circulación lo gestionan y lo cobran los ayuntamientos. En el año 2.011 los municipios recaudaron 2.807 millones de euros con este impuesto, un 0,3% más que el año anterior. Según informan fuentes gubernamentales, la intención del ejecutivo no es establecer un impuesto rígido, sino que facilitará a los ayuntamientos un cierto margen de maniobra para elegir el tipo a aplicar (más alto o más bajo), aunque se prevé que en la grandes ciudades se aplique la subida máxima para "desincentivar el uso del coche".