El nuevo Gobierno no dispone de datos fehacientes sobre cómo cerrarán las comunidades autónomas sus presupuestos de 2011, pero los técnicos de Hacienda le han proporcionado a Cristóbal Montoro una proyección basada en lo que ocurrió en 2010, corregida con los recortes que ya han hecho algunos gobiernos regionales. Según esos cálculos, el déficit de las autonomías podría haberse situado a 31 de diciembre en el 2% del PIB español, lo que sobrepasaría en siete décimas el 1,l3% comprometido con Bruselas.

El Estado cumple
Según los cálculos que tenía sobre la mesa el Consejo de Ministros del día 30 de diciembre, el superávit de la Seguridad Social, previsto en un principio en un 0,4% del PIB, equivalente a 4.000 millones de euros, no se conseguirá por el descenso en el número de cotizantes. Sin embargo, el Gobierno socialista logró con las subastas de deuda pública un ahorro en intereses de bonos y letras del Tesoro que iguala prácticamente esa cantidad, con lo que el Estado y la Seguridad Social habrán cumplido, en conjunto, sus compromisos de déficit.

Autonomías del PP
El problema reside en las comunidades autónomas, cuyo déficit no cumplirá los objetivos. Y algunas de ellas tienen una especial relevancia para el PP, como la de Valencia, por lo que ahora el nuevo Gobierno prefiere no buscar culpables. La Comunidad Valenciana terminó el tercer trimestre el año con un déficit del 2,32% de su PIB (un punto por encima de lo comprometido), cifra que casi alcanza al 2,5% con que terminó 2010. Pero el último trimestre ha podido descabalar las cuentas del todo.

Valencia, disparada
Según las cifras de Hacienda, el año pasado el Gobierno de la Generalitat valenciana terminó el tercer trimestre con un déficit del 1,8% de su PIB y en los últimos tres meses del año, en los que se acumulan gran parte de los pagos, sumó otras siete décimas. Si la proporción se mantuviera en 2011, el Ejecutivo valenciano terminaría el año con un déficit del 3%, cifra que seguramente no se alejará mucho de la realidad, ya que en esa región no ha habido ajustes importantes ni aumentos de ingresos relevantes.

Andalucía, mejor
La gran esperanza del PP es que las cuentas andaluzas también se desboquen y puedan llegar a la campaña de las elecciones autonómicas en marzo echando la culpa a esta región de todos los males de España. Pero las cuentas no le salen al equipo de Montoro. Si la proyección utilizada para Valencia se aplica a Andalucía, su déficit final de 2011 se situaría en el 2,1% del PIB regional, casi un punto menos que el valenciano.

Las cifras no cuadran
Además, si el cálculo se hace sobre la influencia de cada una de las dos regiones en el déficit total de España, resultaría que ambas regiones sumarían al agujero total de las administraciones públicas la misma cantidad: un 0,28% del PIB español. La única diferencia es que la Comunidad Valenciana es más de un 30% inferior en generación de riqueza que Andalucía, lo que significa que Valencia aportaría más déficit proporcional que la comunidad andaluza.

Silencio de Soraya
Con todos estos números sobre la mesa y a falta de datos definitivos sobre el cierre del año, el Gobierno del PP ha preferido, al menos oficialmente, guardar un prudente silencio sobre quiénes son los culpables reales del agujero de las cuentas públicas. Y aunque alguna ministra, como la de Empleo, la andaluza Fátima Báñez, sea más impaciente y haya hablado de país en ruina por la herencia socialista, desde Moncloa, al menos por el momento, prefieren no echar las campanas al vuelo porque los números se les pueden volver en contra.