Fricciones por obra ambientada en la Guerra Civil
Antes del inicio del festival, Portillo ya señaló que meditaría si continuaría al frente del certamen, ya que, aunque estaba muy satisfecha de la programación que habían conseguido, con 1,8 millones de euros y solo 7 meses de preparación, consideraba que la experiencia había sido dura y, además, le impedía dedicarse de lleno a su papel de actriz. Fuentes culturales emeritenses han señalado como posible causa de la voluntad de no renovar el desencuentro de la dirección tanto con el nuevo Gobierno del PP en la Junta como en el Ayuntamiento, ya que a las autoridades locales no les gustaban montajes como el de Antígona de Mérida en el que se relataba la tragedia vivida por la ciudad y sus gentes a comienzos de la Guerra Civil española.
Condena laicista de las presiones "fundamentalistas"
Tras la polémica de la foto, Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, ha denunciado "presiones" por parte de "entidades privadas y públicas que financian, en parte, el Festival de Mérida y por grupos de fundamentalistas católicos" que llevaron a la retirada de la foto, lamentando que " en los últimos tiempos, grupos de fundamentalistas católicos presionan para volver a los tiempos del oscurantismo ideológico y cultural del nacionalcatolicismo".
El Gobierno del PP insiste en que no contaba con Portillo
Mientras, a través del diario El Mundo se ha conocido la versión de la Junta extremeña, donde acaba de llegar al poder el PP, y desde presentan a Portillo como un 'fichaje' del anterior Gobierno del PSOE. Fuentes del nuevo Gobierno regional del PP inisten en que habían decidido no renovar el contrato de Portillo al término de esta edición y que será puramente por motivos profesionales y no ideológicos. Aunque desvinculan la marcha de la polémica de la foto, esas fuentes del Gobierno incluso presentan como un "alivio" que Portillo no quiera continuar al frente del Festival en las actuales circunstancias.