En un momento en el que el precio de todos los productos no para de subir, es lógico que queramos buscar cuantas más formas de ahorrar mejor. Para ello, conviene mirar aquellos gastos que pagamos mes a mes y a los que prestamos menos atención. Estas partidas no suelen ser muy cuantiosas, pero si las miramos de forma anual suponen un porcentaje de nuestro presupuesto que debemos tener en cuenta. Es el caso de la tarifa de luz. Podemos ahorrar si conocemos qué contrato tenemos firmado y qué otras ofertas hay actualmente en el mercado.

¿Cómo saber cuál es mi tarifa?

Para poder comparar la tarifa que tenemos contratada con el resto de las ofertas del mercado, necesitaremos saber cómo es nuestra tarifa actual. La mejor manera para hacer esto es consultar la última factura que nos haya llegado. En ella, podemos ver todos los conceptos que se deben pagar cada mes. Algunos de ellos, como los impuestos o el alquiler del contador de luz, son iguales independientemente de la tarifa que tengamos contratada. Sin embargo, hay dos conceptos a los que sí debemos prestar atención para poder comparar nuestro contrato con otras tarifas.

El primer concepto es el término de la potencia. Cada hogar tiene una cantidad máxima de luz que se puede usar de forma simultánea. Todos los meses pagaremos un precio fijo por tener disponible esa potencia en cada momento. Cuanta más potencia necesitemos, más tendremos que pagar. Una forma de ahorrar sin tener que cambiar de tarifa es comprobar si tenemos más potencia contratada de la cuenta y reducirla. El otro concepto es el término de la energía. Es el precio de los kilovatios-hora que consumimos. Dependiendo del tipo de tarifa que tengamos contratada, podremos encontrar un precio, dos, tres o muchos.

Las tarifas de luz más baratas

Ahora que ya sabemos qué tarifa tenemos contratada, podemos empezar a compararla con el resto de ofertas del mercado. Aun así, antes debemos hacernos una pregunta: ¿el tipo de tarifa que tenemos contratada es la que mejor se adapta a nuestros hábitos de consumo? Puede que haya horas en las que la luz sea más barata pero no estemos en casa para aprovecharlas. Si fuésemos capaces de aprovechar esas horas para poner en marcha los electrodomésticos que más energía consumen, seguramente conseguiríamos reducir la factura a final de mes.

Sin embargo, adaptar el ritmo de vida al precio de la luz es una opción que genera estrés e intranquilidad, por lo que la mayoría de los hogares prefieren poder calcular con más precisión cuánto van a pagar a final de mes gracias a una tarifa fija y vivir más relajados. Teniendo esto en cuenta, estas son las mejores tarifas de luz según cada tipo de oferta.

Tarifas fijas

Como decimos, las tarifas fijas son las que presentan un solo precio para el término de la energía, sea cual sea la hora del día. Estas tarifas suelen aportar mucha tranquilidad, ya que evitan tener que estar pendientes de qué hora del día es y esperar a que llegue el siguiente tramo horario para, por ejemplo, poner el horno.

Prácticamente todas las comercializadoras tienen una tarifa fija, aunque estas son las mejores tarifas eléctricas hoy:

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Tarifas con discriminación horaria

Las tarifas con discriminación horaria presentan varios precios, dependiendo de la hora del día. Son las tarifas ideales si puedes disfrutar de cierta flexibilidad para aprovechar los tramos en los que la luz es más barata. Las tarifas más habituales son las que tienen tres tramos:

  • El tramo valle comprende desde las 00:00 a las 08:00, además de la totalidad de los fines de semana y los festivos nacionales. Es el momento en el que la luz es más barata.
  • El tramo llano abarca entre las 08:00 y las 10:00, las 14:00 y las 18:00 y las 22:00 y 00:00. Marca un precio medio, con una ligera tendencia a ser más alto que los de las tarifas fijas.
  • El último tramo, llamado punta, es el más caro. Marca el precio de la energía entre las 10:00 y las 14:00 y las 18:00 y las 22:00.

Este tipo de tarifas ganaron popularidad cuando comenzó a subir el precio de la luz hace un par de años, pero poco a poco han perdido terreno frente a las tarifas fijas por la estabilidad que ofrecen. Estas son las tarifas de luz más baratas de este tipo:

Tarifas

 

Otras formas de discriminación horaria

Existen otras tarifas que dividen el día de manera diferente. Algunas comercializadoras se han dado cuenta de que hay grupos de personas que tienen necesidades diferentes a la de la mayoría de la población. Por ejemplo, hay personas que teletrabajan y pasan muchas horas en el hogar, de forma que podrían disfrutar de un horario promocionado a lo largo de toda la mañana.

Por otro lado, también hay tarifas orientadas a los dueños de coches eléctricos, que bonifican el precio de la luz consumida durante la noche mientras el vehículo eléctrico se está cargando. Aquellas personas que crean que tienen un horario especial, pueden probar a buscar si hay alguna tarifa con discriminación horaria que se adapte a sus necesidades.

Tarifas indexadas

El último tipo de tarifas del mercado libre es el más inusual. Algunas comercializadoras ofrecen la posibilidad de utilizar el mismo precio que marque el mercado de la luz. Por tanto, si a una hora la luz está más cara, verán reflejada esa subida en su factura.

Este tipo de tarifas provocan que tengamos que estar atentos a las fluctuaciones de los precios. Solo aprovechando las horas más baratas podremos ahorrar de verdad. Por otra parte, las comercializadoras añaden un coste fijo adicional como gastos de gestión y coste de comercialización de la electricidad. Es el caso del Plan Ahora de TotalEnergies o la de Nexus Energía

¿El precio lo es todo?

A la hora de pensar en cambiarnos de tarifa, lo primero que debemos mirar es el precio, pero también es bueno ir un poco más allá. Muchas empresas ofrecen alguna clase de servicio o producto complementario que compensa una oferta en la que el precio base es más caro que el de la competencia. Entre estas prácticas podemos encontrar servicios de mantenimiento, programas de puntos o de fidelidad o ciertos descuentos por la firma de más de un contrato de luz, o de la firma conjunta de luz y gas con la misma empresa. Debemos tener en cuenta todas estas variables y no dejarnos llevar solo por el precio.

Otros aspectos que podemos mirar son la permanencia y la procedencia de la energía. La cláusula de permanencia no impide que se pueda romper un contrato antes de que venza, pero sí que obliga a pagar una penalización a la comercializadora. Por otro lado, las personas que tengan un gran compromiso medioambiental podrían decidir contratar la luz solo con empresas que utilicen energía que provenga de fuentes renovables.

Cómo cambiar de tarifa de luz

Si hemos encontrado una tarifa de luz que consideramos que es mejor que la nuestra, no debemos esperar para solicitar el cambio. Las tarifas varían a menudo y puede que dejemos escapar una buena oportunidad de ahorrar.

Para cambiar de tarifa de luz, lo mejor es entrar en la página web y acceder a la sección de ayuda o atención al cliente de la empresa que hayamos escogido. En esta sección encontraremos un número de teléfono general o específico para contrataciones. Si llamamos a este teléfono, nos atenderá rápidamente un agente y nos acompañará en el proceso. Muchas empresas también tienen un formulario de contratación para que podamos hacer este cambio por nosotros mismos.

Entre la documentación que debemos tener a mano para solicitar el cambio se encuentran nuestros datos personales (DNI, teléfono, cuenta bancaria) y el CUPS o la dirección del domicilio. El trámite puede llegar a demorarse hasta 15 días y es completamente gratuito.

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