Lo prometido es deuda, y Vicente Vallés pisaba el plató de El Hormiguero este lunes, 11 de noviembre. Aunque lo cierto es que estuvo a punto de no hacerlo ya que, como él mismo contó, se estampó contra una puerta que le dejó una herida en la ceja. Pablo Motos le preguntó sobre cuestiones relacionadas con la actualidad internacional y nacional, por lo que no faltaron distintas preguntas sobre la gestión de la DANA. El presentador de Antena 3 Noticias analizó qué salió mal y, además, aportó la clave de por qué el PP no sentencia a Carlos Mazón.
Pablo Motos le preguntaba si la clase política española había estado a la altura de lo ocurrido con el devastador temporal, pero Vallés, conciliador porque no es el momento, no entró al trapo: "Las catástrofes dan la talla de todos, no solamente de los políticos. No creo que haya que poner solamente el foco en los políticos. También dan la talla enorme de la gente, de los voluntarios, de las fuerzas armadas, de la Guardia Civil, de los sanitarios, de los bomberos... Da la talla de todo el mundo y creo que se está dando una talla muy elevada, al margen de los errores. Es emocionante ver a la gente volcada en ayudar".
Vicente Vallés apuntó que "esta vez no va a servir el dividir en bando a la gente" y que "debería haber dimisiones". De hecho, él mismo afirmaba que "aquí habrá dimisiones o destituciones. Aquí hay que establecer el 100% de responsabilidad que corresponde a cada cual, y cada cual tendrá que asumir lo suyo". No obstante, el periodista daba la clave de por qué no ha habido destituciones hasta ahora: "Si descabezamos a quienes tienen que tomar las decisiones vamos a estar en un proyecto descabezado hasta que pongamos a otro y entienda cómo va esto. Y es un criterio válido". Además, señaló que la forma en la que el PP valenciano ha gestionado la crisis "le salpica directamente, y no es cómodo para el PP un ejemplo de gestión deficiente en una de las comunidades que ellos gobiernan".
Preguntado por las responsabilidades, el presentador hablaba de lo que también se conoce como el blamegame, el juego de las culpas: "Cuando pasa algo hay que buscar a otro que sea el responsable. Uno nunca quiere serlo. Ahora estamos en ese proceso. Yo aprendí de un maestro que tuve hace muchos años que cuando hay varios grupos de personas involucrados en una acción de algún tipo y sale mal, normalmente hay alguien que tiene la primera responsabilidad, pero casi siempre hay otras responsabilidades. Casi nunca es una única responsabilidad. Cada cual tiene que asumir el 100% de su responsabilidad, aunque la responsabilidad más grande la tenga otro", señalaba.
De esta manera, Vallés subrayaba que "hay cosas que no se hicieron bien desde el principio, cuando la Comunidad Valenciana tenía que haber tomado algunas medidas rápidas, por ejemplo, alertar a la gente antes de que ocurriera lo peor". "Pero luego se ha sabido que antes estaban más pendientes de la presa de Forata, que del Barranco del Poyo, que es desde dónde vino la tragedia. Y eso corresponde a la administración nacional a través de las cuencas hidrográficas. Todos tienen alguna responsabilidad e igual hay que abrir un proceso de reflexión sobre determinados tipos de funcionamiento del estado autonómico. Porque parece que siempre que pasa algo hay discusión sobre a quién corresponde hacer esto o hacer lo otro. Si le corresponde a la Comunidad Autónoma, si le corresponde a la diputación provincial, si es al ayuntamiento, si es el Gobierno central... Y no parece que eso este muy claro, al menos en algunas ocasiones como esta, y convendría que eso se aclarara", analizaba.
Motos seguía intentando que Vallés se mojara y le preguntaba qué hubiera ocurrido si la DANA se hubiese producido hace dos años, cuando era el PSOE el que gobernaba en la Comunidad Valenciana. "No estoy seguro de dar una respuesta, pero la pregunta es pertinente", arrancaba el presentador. "Creo que la confianza cuando es el mismo partido el que gobierna en las dos instituciones tiende a facilitar y a agilizar las cosas, y si es diferente hay una barrera de competencias. Por eso decía que quizás repensar algunas estructuras o funcionamientos del estado autonómico sea bueno, una vez termine todo esto. Pero lo primero es ocuparse de la gente que lo está pasando mal todavía y normalizar sus vidas", concluía.