La tarde de este miércoles, 8 de mayo, ha dejado uno de los momentos más inesperados y surrealistas en la televisión española. Mientras se producía un evento de enorme relevancia histórica en el Vaticano como es la elección del nuevo Papa, el programa Todo es mentira se encontraba en publicidad. La fumata blanca, símbolo del acuerdo en el cónclave, pilló al equipo del espacio presentado por Risto Mejide justo fuera de emisión.
"¡Habemus Papam durante la publi!"
Nada más regresar de la pausa publicitaria, Risto lo resumía con cierto asombro y resignación: "Absolutamente increíble, absolutamente histórico. Ha sido dar paso a publicidad y ha empezado a salir humo blanco. ¡Tenemos Papa! ¡Habemus Papam durante la publi!". Como era de esperar, el comentario provocó las reacciones en masa de los colaboradores: a la ironía y al humor se añadía una dosis de frustración por haberse perdido un hito tan histórico como el que nos ocupa.
Su compañera Marta Flich no dudó en tirar de sarcasmo: "Y por eso, ¡esto nos consagra como el mejor programa de humor en la televisión!". Mientras, Mejide bromeaba con una comparación económica: "Ahora me siento como el tío ese que vendió las acciones de Apple", y Luis Fabra le corregía: "Tú pediste un deseo, que era vivir esto en directo, pero lo pediste mal".
"Lo hemos vivido en la intimidad"
El periodista Antonio Naranjo también aportó su particular visión del episodio: "Hemos tenido un momento histórico, pero un poco cutre", declaración que resumía el sentir general del plató. Flich remató con humor la situación: "¡Lo hemos vivido en la intimidad!", provocando las risas del equipo y de los espectadores en redes sociales. A continuación, Sor Lucía Caram se encargó de analizar la situación.
Fumata blanca en la Capilla Sixtina: ya hay nuevo Papa
Mientras en Cuatro se vivía este peculiar lapsus, en Roma la historia seguía su curso. A media tarde de la segunda jornada de cónclave, la fumata blanca emergió de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que los cardenales ya han elegido nuevo pontífice. En cuestión de minutos, la plaza de San Pedro comenzó a llenarse, a la espera de que el nuevo Papa se asome al balcón central del Vaticano.
Antes de su primera aparición pública, el Papa pasará por la conocida Sala de las Lágrimas, donde seleccionará su atuendo entre tres sotanas blancas de distinto tamaño, diversas sobrepelliz, una esclavina morada, una estola púrpura con bordados dorados, zapatos, fajines, una cruz dorada y otros complementos. Cada Papa decide su combinación. Jorge Bergoglio, por ejemplo, prescindió de estola y esclavina en su presentación, mientras que Joseph Ratzinger optó por un atuendo más tradicional.
"Annuntio vobis gaudium magnum..."
Después de vestirse, el nuevo pontífice acude a la Capilla Paulina a rezar y, posteriormente, se presenta al mundo desde la logia de la basílica de San Pedro. Allí, el cardenal protodiácono —esta vez el francés Dominique Mamberti— pronunciará la tradicional fórmula en latín: "Annuntio vobis gaudium magnum; habemus papam". Tras ello, el nuevo Papa ofrecerá su primera bendición urbi et orbi, dirigida a Roma y al resto del mundo.