Rubiales está en la cuerda floja. El presidente de la RFEF se enfrenta este viernes a una asamblea general de la RFEF para estudiar todas las críticas y el revuelo que se ha generado después de besar, sin consentimiento y a la fuerza, a Jennifer Hermoso, jugadora de la selección femenina tras el triunfo mundialista. Sin embargo, estas no fueron las únicas imágenes que están sacando las vergüenzas al fútbol español: desde Rubiales llevándose la mano al paquete en el palco de autoridades hasta los besos a Olga Carmona en la celebración o el exceso de toqueteo en sus acercamientos al resto de las jugadoras.
Es precisamente este último de los ejemplos, en el que se ve a Rubiales totalmente desmedido en sus interacciones, el que está corriendo como la pólvora por las redes sociales. En la última imagen que se ha convertido en viral se ve al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) levantando del suelo y llevando sobre sus hombros a Athenea del Castillo, integrante del combinado nacional. Además, se puede ver en la imagen cómo Rubiales la coge con fuerza de las piernas, algo que ya ha sido muy comentado en redes sociales.
Disculpas escasas
Tras la polémica generada el pasado domingo por lo sucedido con Jenni Hermoso, el presidente de la RFEF se grabó un vídeo pidiendo disculpas por el beso, pero bastante matizado y después de haber insultado abiertamente a quienes criticaron la imagen. “Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes”, comenzaba diciendo.
“Aquí no se entendía. Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo. Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra”, añadía.
Por su parte, la jugadora destacaba en el vestuario tras el pitido final que “no le había gustado”. “Pero yo, ¿qué hago? ¡Mírame!”, decía a sus compañeras. Después quitó presuntamente hierro al asunto con el siguiente entrecomillado: “Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante”.
La declaración, según Relevo, nunca fue pronunciada por Hermoso, a quien además el seleccionador, Jorge Vilda, y el propio Rubiales habrían presionado para que saliera en el vídeo restando importancia a lo sucedido, algo a lo que ella se habría negado.
En la cuerda floja
Ahora, Rubiales se encuentra en la cuerda floja y la decisión recae sobre el Consejo Superior de Deportes, que tiene la capacidad de trasladar las denuncias recibidas contra el presidente de la RFEF al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
A la denuncia que presentó el pasado martes Miguel Ángel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol y afiliado a la RFEF, se sumaron otras, como la de Sumar y la de Xavier Estrada Fernández, árbitro de Primera División. Todos ellos consideran que el beso es “inaceptable”, “inadmisible” y “bochornoso”, añadiendo que es un “abuso de autoridad”, “acto sexista” e, incluso, podría calificarse como “agresión sexual”.