La exhumación y reubicación de los restos mortales del dictador Francisco Franco se efectuaron el 24 de octubre de 2019. Antes fue aprobado por el primer Gobierno de Pedro Sánchez el 15 de febrero del mismo año. Aunque estaba previsto con anterioridad su realización, el 1 de marzo de ese mismo año, se retrasó por la una suspensión cautelar por parte del magistrado José Yusty Bastarreche y luego, también de forma cautelar, por el Tribunal Supremo. Finalmente, el 24 de septiembre, el Supremo avaló la exhumación de Francisco Franco, desestimando el recurso presentado por la familia, así como su inhumación en el cementerio de Mingorrubio en El Pardo, tras rechazar la ubicación de la catedral de la Almudena de Madrid solicitada por los Franco.

Un debate abierto sobre el futuro del monumento

A partir de esa fecha en España se abrió un debate: ¿qué hacer con este mausoleo que continúa poseyendo un enorme simbolismo para los franquistas y donde sigue yaciendo el fundador de la Falange bajo una enorme cruz que domina y preside el Valle de Cuelgamuros? Cabe recordar que para los sectores nostálgicos el Valle de los Caídos es considerado aún algo ‘suyo’, pues allí estuvo el tirano enterrado y homenajeado permanentemente 44 años.

El jueves pasado departimos con Francisco Ferrándiz Martín tras una charla que impartió en un foro memorialista. Se trata de uno de los grandes expertos nacionales e internacionales en Memoria Histórica. Este antropólogo ovetense, pieza clave de esta materia en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es integrante del equipo de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y asesora especialmente en la resignificación del Valle de los Caídos. En 2011, junto otros expertos, participó en el informe para determinar el futuro del Valle de los Caídos a instancias del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

¿Qué significa “resignificar”?

Opina Ferrándiz que obviamente el futuro del Valle de los Caídos pasa necesariamente por su resignificación. Aunque este concepto no aparece en el diccionario de la RAE, el término hace referencia a volver a significar, es decir, darle una nuevo significado al monumento y, obviamente, distinto al que posee actualmente.

Se pregunta Ferrándiz si la opción es una voladura del mausoleo o dejarlo tal y como está. La respuesta es que ni una cosa ni la otra, a pesar que desde distintas opciones ideológicas hay partidarios de una u otra decisión. La respuesta es esa palabra explicada anteriormente: resignificación.

La mayor fosa común de España

A la hora de decidir hay que tener en cuenta algo muy importante como es el hecho de que se trata de la mayor fosa común de España. Hay censados 33.847 enterrados, aunque hay quien opina con datos fehacientes que la cantidad podría ser más elevada. También en su interior existe una basílica excavada en la roca con una hospedería regentada por benedictinos cuyo máximo responsable se mostró como un ardoroso militante de la causa de que Franco continuase en su lujosa tumba de su lujoso mausoleo. A ello habría que añadir un centro de estudios más la inmensa cruz de 150 metros y un conjunto escultórico. Y algo fundamental para pensar en su futuro: todo fue construido por presos, en su mayoría política, condenados a trabajos forzados a cambio de redimir algo sus ‘penas’ por haber defendido la República o ser demócratas.

Para este antropólogo del CSIC, las características del propio mausoleo y la historia que pende sobre esta edificación no hacen viable sino que además incompatibilizan transformarlo en un lugar símbolo de la reconciliación.  Francisco Ferrándiz pone ejemplos de resignificaciones tales como la zona cero de las Torres Gemelas, el National September 11 Memorial, que rinde tributo a los 2.983 hombres, mujeres y niños que murieron el 11 de septiembre de 2001 en el peor atentado de la historia de EEUU. En este sitio se ha plantado un robledal rodeado de piscinas ubicadas sobre la huella que dejaron las gemelas y muros de bronce con los 3.000 nombres de las víctimas. También muestra Ferrándiz el Monumento al Holocausto de Berlín, formado por 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas, joya arquitectónica construida en memoria de los judíos asesinados en Europa.

Modelos mundiales de resignificación

Ferrándiz ha mostrado su simpatía en alguna ocasión por modelos como el Parque de la Paz de Hiroshima, que ha impulsado recursos pedagógicos de gran calidad y que podrían adaptarse al Valle de los Caídos. Ramón Jaúregui, que también fue miembro de la Comisión de Expertos para el futuro del Valle, propuso un monumento en mármol negro con los nombres de los enterrados, a semejanza del dedicado en Washington a los veteranos de Vietnam. Sin embargo, Francisco Ferrándiz no está convencido de este modelo, aunque admite el "reto" de una intervención artística que debería ser simbólicamente "tan potente como el Valle" y no necesariamente por su tamaño.

Dejarlo caer

El historiador fallecido en 2019, Santos Juliá, abogaba por dejar que continuase deteriorándose el Valle de los Caídos y que se arruinase, porque en su opinión no cabe resignificación posible. Ni Francisco Ferrándiz ni Ramón Jáuregui apoyaron esta tesis, siendo para el exministro una idea "descabellada" al despreciar la memoria de las más de 33.000 personas enterradas.

Una herramienta pedagógica

Ferrándiz apuesta por aprovechar las oportunidades de las nuevas tecnologías para consolidar un espacio explicativo de "memoria crítica sobre el pasado" que convierta el Valle en una "herramienta pedagógica" con la optimización de los recursos digitales. Como afirmaba en un reportaje sobre este hecho de la resignificación: “La memoria totalitaria es piedra, granito y materiales constructivos y la memoria democrática que tiene que superponerse se conformaría mediante píxeles". Para esta labor de pedagogía e instructiva se utilizarían según Ferrándiz aplicaciones de móvil, tabletas o con recursos de realidad virtual y aumentada pueda acceder "in situ" a imágenes, sonidos y documentos. “Se trataría de desconstruirlo y poder leerlo a la inversa, descifrar el régimen político que lo construyó y su ideología dictatorial”. 

Para este eminente antropólogo lo ideal sería un nuevo perfil de visitante que se aleje de los nostálgicos de Franco con lo que además se lograría que dejase de tener sentido al estar ausente en su interior el dictador. Para evitar que se dirigiese ideológicamente, la solución es relativamente fácil: elegir a la carta entre contenidos como discursos históricos sobre el mausoleo, canciones de la época, fotografías o fragmentos del NO-DO. Ello ayudaría al visitante a entender la Guerra Civil, por qué se erigió el monumento y cómo se utilizó después.

Necesario traslado de José Antonio y desacralizar la basílica

Pero para resignificar verdaderamente el monumento sería necesario también el traslado de José Antonio Primo de Rivera, algo que sería mucho más fácil y rápido que los ocho años que ha costado exhumar y llevarse a Franco al dictador hasta el cementerio de Mingorrubio. Otro aspecto es el de qué hacer con la basílica. La respuesta es actuar sobre esta para su desacralización. También es partidario de convocar un concurso internacional para reconvertir este monumento que no invita a la reconciliación.

También cree necesario la creación de un "espacio museístico" en el exterior con el objetivo importante de explicar la Guerra Civil, el papel que tuvieron los presos políticos en su construcción y el origen del mausoleo. Asimismo, ve viable incorporar muestras del arte republicano en el exilio.

¿Dinamitar o resignificar?

El senador de Compromís Carles Mulet planteó "dinamitar" el monumento. Algo, la voladura, que rechaza Ferrándiz. El exdirector general de Memoria Histórica, el almeriense Fernando Martínez, no se mostró en unas declaraciones anteriores partidario de tirarlo. “El franquismo ha existido en España, el nacional-catolicismo ha existido en España y hay que explicarlo a las nuevas generaciones para que no vuelva a ocurrir". Ferrándiz es partidario de implementar un programa pedagógico muy dirigido para los jóvenes y que estos lo interpreten libremente con las herramientas que hoy ofrece lo digital. "Repensar el Valle de los Caídos nos tiene que ayudar a repensarnos como país", concluye.