Ordenar tu nevera es una de las formas más efectivas de ahorrar energía, y dinero en tu factura de la luz. Si guardamos los alimentos a la ligera, tardaremos más tiempo en encontrarlos y, en consecuencia, la puerta de la nevera estará más tiempo abierta.

Uno de los aspectos que nos permiten ahorrar y que mucha gente no conoce es que cada balda está designada a unos tipos de alimentos, y por ello, tiene unas temperaturas diferentes. Algunos frigoríficos te indican a qué temperatura está cada estante, pero si no es así, una manera de averiguarlo es poner en cada uno un vaso lleno de agua con un termómetro dentro.

Para las zonas menos frías, que suelen ser la balda más alta y la puerta de la nevera, lo más recomendable es guardar alimentos como bebidas, salsas y mermeladas, o huevos. También se pueden guardar la fruta y la verdura que se pueda guardar en frío, ya que no todos los alimentos de este tipo se pueden meter en la nevera.

En las zonas de frío intermedio deberíamos guardar los lácteos, yogures, embutidos, y las sobras de los platos ya cocinados.

Los alimentos como las carnes y los pescados tendrían que guardarse en las zonas más frías, que normalmente son las baldas más bajas y los cajones. Es muy importante que estos alimentos se guarden de manera individual, tapados con plástico, en su propio envase o dentro de un táper.

Si tu frigorífico tiene también congelador, es fundamental que todos los alimentos que guardes en él estén guardados dentro de una bolsa hermética y en un táper, indicando siempre el contenido y la fecha de congelación.

Consejos para tu frigorífico

Hay que destacar que llenar la nevera en exceso hace que el frío no se distribuya correctamente, por eso hay que guardar los alimentos necesarios para que el aire circule con normalidad.  

Además, hay que controlar que las gomas de la puerta estén en perfectas condiciones, para que el frío no se escape aún cuando el electrodoméstico esté cerrado. Así, podrás ahorrar en tu factura de la luz. Para comprobar el estado de las gomas, se puede cerrar la puerta metiendo un folio y si sale con facilidad, es que la puerta no se cierra como debería. El tener las gomas estropeadas contribuirá también a la proliferación de hielo en las paredes del frigorífico, lo que dificulta el trabajo del refrigerador.

De igual manera, es imprescindible meter todos los alimentos bien guardados, tapados o dentro de un táper, para que los productos no estén en contacto unos con otros. Si, por ejemplo, abres una lata y quedan restos dentro, es mejor que cambies el recipiente y guardes lo sobrante en un frasco o recipiente de plástico o cristal.

Por otro lado, si tu frigorífico no es No Frost, es recomendable descongelarlo por lo menos una vez al año, y las baldas se tendrían que lavar en profundidad cada dos o tres meses, aproximadamente.

Adicionalmente, no está de más conocer que la temperatura recomendada para la nevera es de unos cinco grados, y la del congelador de 18 grados.

Por último, no se deben introducir en la nevera alimentos calientes. No le será bueno ni al alimento ni al aparato, y tendrá que gastar más energía para mantener la temperatura.