La defensa del expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, que lleva el abogado Gonzalo Boyé, tratará de incluir la reforma del delito de sedición, que pretende aprobar el Gobierno de coalición, dentro de la vista en el Tribunal General Europeo (TGUE), prevista para el próximo 25 de noviembre, y en la que se dirime si la retirada de la inmunidad a los fugados catalanes fue o no correcta.

Fuentes cercanas a la defensa explican que, aunque “la reforma ni es mala ni es buena, le vamos a sacar punta al lápiz. Pero es bueno porque el suplicatorio se pide por un delito, la sedición, que ahora desaparece”. Así, desde el entorno del expresidente se pretende conseguir que no decaiga la inmunidad. De conseguirlo, estas mismas fuentes también aseguran que, “si la mantiene está deseando venir a Cataluña”. Un viaje a España que podría realizar sin ser detenido por la policía.

Más allá de la sedición y su futura reforma, el letrado de Puigdemont basará la defensa de sus intereses en ocho puntos de ley, entre los que destacan la falta de una tutela judicial efectiva por omisión, la falta de objetividad de la comisión IURY, la vulneración de derechos fundamentales, que otros estados miembros no consideran que las acciones que les afectan sean un delito en su país, la desproporción de la pena de inhabilitación si decae la sedición o el principio de legalidad europea porque, aseveran que unos hechos no pueden ser delito en un país y en otro no.

Explican las fuentes cercanas a la defensa que, “no solo está el hecho de que otros estados miembros no consideren delictivos los hechos, sino que quien solicita la extradición está derogando la ley por la que pide la extradición”, dejando así la futura reforma del Código Penal como un pilar fundamental de la exposición que se realizará el próximo día 25 ante los magistrados del TGUE.

Viaje a Cataluña

Con respecto al futuro viaje de Carles Puigdemont a Cataluña, el mismo dependerá de dos factores fundamentales: el primero es que la sentencia del TGUE sea favorable y, el segundo, sería que el Parlamento Europeo no recurra en casación la sentencia en el caso de perder, hecho, este último que la defensa ve bastante probable. Si eso ocurre, el Reino de España no podría ir en casación ya que concurre en la causa como codemandante y, el tribunal, solo permite recurrir al demandante y al demandado.

Si sucediera esto, el expresidente podría volver sin que nadie pueda detenerle, ya que conservaría su inmunidad como europarlamentario. Pero pase lo que pase, no se prevé que haya fallo hasta finales de enero o principios del mes de febrero.