El “Baleares” fue un crucero pesado de la Armada Española que intervino en favor del bando sublevado durante la Guerra Civil Española. En febrero de 1937 junto a su gemelo, el crucero “Canarias”, además del “Almirante Cervera”, bombardeó desde la costa a miles de familias malagueñas, en especial niños, mujeres y ancianos que huían por la única salida desde la capital, la carretera Málaga a Almería. Esta masacre dejó un saldo de 350.000 personas huidas en penosas circunstancias de hambre, frío y agotamiento y más de 5.000 asesinados o fallecidos a lo largo de la larga y dura caminata. Se trata del triste episodio conocido como "La Desbandá" o la masacre de la carretera Málaga-Almería. Un asesinato en masa que dejó pequeño el ocurrido en Guernika.

Ahora ha salido a la palestra el nombre de este barco de guerra ya que figuraba en el callejero de Madrid pero la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, lo retiró junto a otras 52 calles por sus vínculos franquistas basándose en la ley de Memoria Histórica.

Si hace unos días el equipo de Gobierno de Madrid retiró la calle Maestra Justa Freire y repuso la de fundador de la Legión, Millán Astray, ahora Martinez-Almeida da un paso más adelante y repone la denominación de Crucero de Baleares a una calle del barrio de Vallecas.

El crucero Baleares fue en su origen una versión mejorada de la británica clase County. Tras ser un elemento importante de la Marina rebelde de Franco durante el levantamiento militar y el curso de la Guerra Civil, fue hundido durante la Batalla del Cabo de Palos, en marzo de 1938, tras ser torpedeado por destructores de la Armada republicana.

Fue construido durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Su botadura tuvo lugar el 20 de abril de 1932. El navío fue construido por la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN), empresa subsidiaria de la matriz británica Vickers-Armstrong. La proclamación de la Segunda República en 1931 y las posteriores revisiones del programa de construcción de Primo de Rivera provocaron un considerable retraso en la construcción del buque. En julio de 1936, el Baleares todavía se hallaba amarrado en el puerto e incompleto. Se pensó en instalarle dos catapultas equipadas con aviones Hawker Osprey adaptados como hidroaviones pero el proyecto no llegó a prosperar.

Un Titanic de la Armada española

Este buque insignia de la Marina española tenía solo 70 metros menos de eslora que el Titanic (194 metros) y casi 20 de manga. Su velocidad punta era de 33 nudos y con opciones de carga de hasta 2.800 toneladas de petróleo. Esto le permitía una autonomía de 10.000 millas. Muy superior en armamento a los cruceros del momento, contaba con ocho cañones de 203 mm, ocho de 120 y ocho de 40. Tras el inicio de la Guerra Civil Española, entró en servicio estando aún incompleto en diciembre de 1936 y restándole elementos por finalizar, tales como la cuarta torre de artillería.  

Hundimiento: las prisas de Franco

En la noche del 5 al 6 de marzo de 1938, el Baleares junto al Canarias y el crucero Almirante Cervera navegaban escoltando un convoy procedente de Italia. La flota franquista se encontró inesperadamente con la Armada republicana, entablándose un combate entre ambas flotas que pasaría a ser conocido como la batalla del Cabo de Palos. Hacia las dos y veinte horas del 6 de marzo, varios torpedos, posiblemente procedentes del destructor Lepanto, alcanzaron la zona central y el depósito de municiones del Baleares, causando importantes daños. Los daños fueron tan graves que provocaron el hundimiento del barco, que se empezó a hundir por la proa. Los destructores británicos HMS Boreas y HMS Kempenfelt acudieron a ayudar al salvamento de los náufragos. ​

Escasa preparación de la tripulación y errores consecuentes

Distintos historiadores hablan de errores en este lance de la guerra que provocó el hundimiento del Baleares. Las prisas de Franco por disponer de este crucero precipitaron su destino. Las tripulaciones de los barcos de guerra estaban cubiertas con multitud de voluntarios de toda España. Los marineros del Baleares habrían necesitado mucho más tiempo de formación y adiestramiento.

Lo que habría que haberse realizado en meses, se llevó a cabo en pocas semanas. Se cuestiona que el barco se hiciera a la mar en las condiciones necesarias. Las prisas por ganar la guerra provocaron errores con un desenlace final de centenares de muertos. Se rescataron 435 hombres; otros 786 murieron o desaparecieron. Las otras víctimas de Franco, tal vez.