Hacer 'topless', algo tan normalizado y visto en playas y psicinas españolas, sigue siendo un tema de debate en algunas localidades. El último en prohibir esta práctica ha sido el municipio de Fuenteguinaldo, ubicado en Salamanca, que desde su Ayuntamiento han dictaminado que en su piscina municipal las mujeres no podrán hacer 'topless' ni para bañarse ni para tomar el sol.

En Castilla y León no existe actualmente ninguna normativa específica a nivel regional que rija la permisividad en este tema, dejando en manos de cada localidad elegir regularlo o no, por lo que la prohibición queda en un vacío legal.

Con el objetivo de que haya de manera regional o nacional una regulación clara sobre el 'topless', existen organizaciones naturistas que actualmente luchan para conseguirla y no enfrentarse a situaciones injustas como la de Fuenteguinaldo. Siendo los municipios que normalmente deciden impedir el 'topless' gobernados por partidos de derecha o extrema derecha.

El Ayuntamiento de este municipio, una pequeña localidad de 680 habitantes en la provincia de Salamanca, ha tomado la decisión de prohibir el ‘topless’ este verano en la única piscina municipal que tienen. El equipo de gobierno, que está encabezado por Ciudadanos y apoyado por el PP, ha recogido en su ordenanza del uso de piscinas municipales esta nueva norma: "Está Prohibido bañarse sin los respectivos trajes de baño y/o hacer toples en las áreas de piscinas y/o jardines".

La razón para tomar esta medida es, según la alcaldesa María Lourdes Palos, quien ha hecho saber su opinión a los medios locales, que esta práctica en un pueblo pequeño "puede escandalizar a niños y ancianos".

En contraposición, encontramos las normativas de otras regiones como Soria, que ha recogido en su ordenanza que la práctica del 'topless' está permitida en todas las piscinas públicas de la capital de provincia.

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El debate del 'topless' se lleva arrrastrando varias décadas. Hace apenas unas semanas el Ayuntamiento de Barcelona, que durante la pasada legislatura no quiso regular la práctica, instó a los centros deportivos y piscinas municipales a retirar cualquier normativa que prohibiese el ‘topless’ al considerarlo una norma discriminatoria. Ya que, hasta entonces, cada centro era el encargado de dictaminar si la permitía o no.

Una entidad externa denunció el injusto hecho ante el consistorio, y tras esto, la oficina para la No Discriminación elaboró un informe en el que indicó que “el hecho de imponer unas normas de vestimenta específica para las mujeres supone una restricción de su libertad de elección y una discriminación por motivos de género”.